Mexico

En medio del movimiento #YoTambien, una aplicación local busca hacerle frente al acoso callejero generalizado del sur de México

En México, el gobierno federal no ha prohibido el acoso callejero, un problema que afecta a las mujeres de todo el país, pero especialmente a las de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez. Aquí, la campaña del gobierno local para reducir la alta incidencia de casos de acoso incluye una aplicación móvil que les permite a las mujeres llevar en sus bolsillos el poder de defenderse.

Read this story in

Publication Date

Amid #MeToo Movement, Local App Targets Widespread Street Harassment in Southern Mexico

Marissa Revilla, GPJ Mexico

Tux Sin Acoso es una aplicación móvil para denunciar el acoso callejero e incluso llamar directamente a la policía.

Publication Date

TUXTLA GUTIÉRREZ, MÉXICO — Catalina Aguiar Álvarez, de 29 años, está cansada del acoso callejero que se ha vuelto común en Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas, el estado más al sur de México.

Ella dice que las mujeres aquí se enfrentan a la inseguridad en las calles de día y de noche. Lo que comienza con piropos o acoso verbal puede escalar rápidamente.

“Aunque a algunas personas les parezca una cuestión mínima, yo creo que el acoso puede ir de lo mínimo a la máxima forma de violencia”, dice Aguiar Álvarez.

En Tuxtla Gutiérrez, el 38 por ciento de las mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia en espacios públicos como calles, parques, o transporte público.

Así que cuando Aguiar Álvarez escuchó de una nueva aplicación, Tux Sin Acoso (por “Tux”, una abreviatura común de Tuxtla Gutiérrez), que le permitiría reportar el acoso e incluso llamar directamente a la policía, dice que la descargó de inmediato.

Aguiar Álvarez sabe que esa función sirve bien.

Ella dice que el día que instaló la aplicación en su teléfono hace unos meses presionó el botón de emergencia por accidente. Unos minutos después, la policía la llamó para asegurarse de que estaba bien.

“Yo creo que si eres mujer sabes lo que es caminar unos pasos y que el corazón se te acelere porque ves a un hombre sospechoso en la esquina”, dice.

Tux Sin Acoso es parte de una campaña más grande en contra del acoso en las calles de Tuxtla Gutiérrez que comenzó en 2015, cuando se posesionaron los funcionarios del nuevo gobierno estatal.

En abril de 2017 algunos funcionarios locales propusieron un decreto con el que el acoso callejero, definido como “asediar u ofender con palabras soeces, agredir a cualquier miembro de la comunidad, dirigirse física o verbalmente con una connotación sexual hacia otra persona afectando su dignidad, libertad, integridad, libre tránsito, creando en ella intimidación, hostilidad, degradación [o] humillación”, podría ser castigado con altas multas e incluso tiempo en la cárcel.

Y el acoso no es ilegal según la ley federal.

En 2015 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), reportó que tres de cada 10 mujeres han sido víctimas de violencia sexual en Tuxtla Gutiérrez. Esto causó que el gobierno local, así como otras organizaciones locales que trabajan para hacerle frente al acosos callejero, comenzaran a tomar acciones.

La aplicación de Tux Sin Acoso fue diseñada por el gobierno municipal y desarrollada por el departamento de sistemas de la información de la Coordinación de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Tuxtla Gutiérrez. Voces Feministas, una página de internet feminista, ahora está estudiando los datos producidos por la aplicación.

“Nos enteramos cuáles son los índices y cuál es el acoso que más viven las mujeres, qué colonias”, dice Gely Pacheco, coordinadora de la página.

“Esta campaña surge porque Tuxtla es un municipio con altos índices de acoso en comparación de otras ciudades”, dice Pacheco, refiriéndose a la estadística de que el 38 por ciento de las mujeres han sido víctimas de violencia en la ciudad.

La aplicación es tan solo uno de los elementos de la campaña Tux Sin Acoso, dice Pacheco. Hay representantes que están dando pláticas en escuelas secundarias y preparatorias y en universidades y están usando las redes sociales para cambiar la cultura del acoso callejero.

Por ahora, el principal obstáculo para el éxito es hacer que la gente se entere de la aplicación, dice Pacheco.

Mientras que las aplicaciones más conocidas como Facebook o WhatsApp son populares aquí, es difícil hacer que nuevas aplicaciones se popularicen.

“No tenemos la cultura de descargar aplicaciones para el autocuidado”, dice.

A la fecha, la aplicación ha sido descargada solo 115 veces en Android y 69 veces en iPhones.

“La aplicación es muy ligera, no te ocupa mucho espacio en el teléfono”, agrega Pacheco.

Al descargar la aplicación, te conviertes en parte de una comunidad, dice.