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Los y las mexicanas se pronuncian para salvar sus lenguajes ancestrales

Las lenguas ancestrales de México están desapareciendo. Lingüistas y activistas están trabajando para salvarlos y dicen que esas lenguas son fundamentales para preservar las tradiciones culturales del país.

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Mexicans Are Speaking Up To Save Ancestral Languages

Marissa Revilla, GPJ México

Rosita Santiz, una tejedora del pueblo de Zinacantán, no aprendió a hablar español hasta que comenzó la escuela. Todavía prefiere usar el tsotsil en su vida diaria.

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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, MÉXICO – Cuando creció en el pequeño pueblo de Petalcingo en Chiapas, el estado más al sur de México, los padres de Oscar Gregorio Cruz Méndez nunca le hablaron en su primer idioma, tseltal.

La experiencia de toda una vida los llevó a concluir que la vida es difícil para las personas que no hablan español en México.

“Piensan, ‘no quiero que mis hijos aprendan tseltal porque van a ser discriminados’”, dice Cruz Méndez.

Así que se propuso aprender el idioma por su propia cuenta, escuchando a sus tías, tíos y vecinos.

Hoy, Cruz Méndez es un antropólogo que trabaja documentando las muchas variantes del tseltal que se habla en Chiapas. Dice que por poco logró escapar de ser uno de los miles de mexicanos que han perdido su conexión con estas lenguas, las cuales, un gran número de expertos de varias disciplinas, creen que están cada vez más amenazadas por la discriminación, la migración y el implacable dominio del español en el país.

El tseltal es uno de los 13 idiomas que se hablan en Chiapas. Es hablado por más de 550.000 personas en todo México, de las cuales unas 537.000 están en Chiapas. Más de 7,4 millones de personas en México habla un idioma indígena; el país es hogar de 364 variantes lingüísticas derivadas de 68 grupos lingüísticos diferentes.

En 2003, México aprobó la ley Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, la cual reconoce como “oficiales” a todos los idiomas indígenas de México. La ley obliga al gobierno que proteja la preservación de estos idiomas y obliga a que se ofrezca información a las y los ciudadanos en sus idiomas indígenas.

Aún así, estos idiomas corren el riesgo de extinguirse.

Escucha a Rosita Santiz hablar en tsotsil sobre su trabajo como tejedora.

En 2012, casi una década después de que la ley fuera aprobada, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas encontró que el 49 por ciento de las variantes lingüísticas están en riesgo de desaparecer.

Gilles Polian, un lingüista francés del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social en Chiapas, dice que los hablantes jóvenes de tseltal se están alejando de su idioma.

Mientras que antes las y los niños aprendían tseltal en la casa, ahora socializan en español y los idiomas indígenas no se enseñan en las escuelas, dice Polian.

El tseltal, dice, se está acercando a un punto sin retorno.

“Cada generación [va] transmitiendo una versión empobrecida y se va encogiendo hasta que quedan algunos regionalismos”, dice.

Margarita Martínez Pérez es una hablante nativa de Tsotsil, un idioma maya que es un pariente cercano del tseltal, y una lingüista de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Dice que el tsotsil es hablado por casi la misma cantidad de personas que el tseltal, pues se estima que hay 488.000 hablantes en México de los cuales más de 473.000 vive en Chiapas. Está enfrentando retos similares.

“El español ocupa un poder fuerte, todo el mundo lo habla”, dice.

Las tendencias de migración también impactan la supervivencia a largo plazo de estos idiomas.

Los hablantes de tseltal y tsotsil están migrando a lugares donde esos idiomas no se hablan, dice Cruz Méndez.

“Mucha gente emigra por cuestiones laborales”, dice Cruz Méndez sobre Chiapas, donde la tasa de desempleo es más alta para personas que no hablan español. Muchas veces, la gente se muda a lugares como Cancún, en la costa este de México, donde la industria del turismo crea oportunidades de empleo. “Muchos de los jóvenes llegando a esas ciudades ya no quieren platicar en tseltal”, dice.

De todas maneras, aún quedan lugares donde estos idiomas se hablan con fuerza en las partes más rurales de Chiapas.

Rosita Santiz, una tejedora de Zinacantán, un pueblo a las afueras de San Cristóbal de las Casas, una de las ciudades más grandes de Chiapas, dice que todo el mundo allí habla tsotsil, no español. Ella tan solo aprendió español cuando llegó a la escuela, donde no había clases en tsotsil.

“Porque es la lengua, lengua materna, que es la lengua principal de este pueblo, todos sabemos hablar lo que es el idioma tsotsil, aprendemos desde, desde nacer, si”, dice Rosita.

Ahora, nuevos recursos han surgido para preservar estos idiomas.

En 2018, Polian, el lingüista francés, publicó un diccionario de tseltal. Los estudiantes universitarios locales crearon una app de aprendizaje de tseltal. Bandas de rock locales están escribiendo canciones en sus respectivos idiomas y tocándolas en vivo. Y Cruz Méndez sigue documentando las complejidades de idiomas como el tseltal, como el hecho de que algunas palabras son usadas solo por las mujeres y otras solo por hombres.

Mikeas Sánchez, una poeta que escribe en zoque, parte de la familia lingüística mixe-zoqueana que se habla en Chiapas, dice que cuando un idioma se pierde, lo que desaparece son más que sus palabras.

“No solo es la lengua en sí, sino todo lo que implica. Donde va inmersa la gastronomía, la música, la danza, la medicina, los conocimientos ancestrales”, dice. “Al perderse la lengua también se pierden estos conocimientos”.

Pablo Medina Uribe, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.