Mexico

Kiki Suárez trata a personas con discapacidades en México a través del arte

Aunque la retinitis pigmentosa ha lentamente menoscabado su visión, la pintora y psicoterapeuta nacida en Alemania Kiki Suárez ha estado trabajando para llevarles los beneficios terapéuticos del arte a personas discapacitadas en Chiapas, México. Ahora, sus obras financian el cuidado y los tratamientos de los pacientes.

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Art and Therapy: Kiki Suárez Treats Mexico’s Disabled Through Art

Adriana Alcázar González, GPJ México

Kiki Suárez, una artista y psicoterapeuta nacida en Alemania, de pie entre las obras de arte creadas por estudiantes y pacientes. Suárez, quien ha estado perdiendo su visión durante los últimos 10 años, ahora trabaja con personas con discapacidades en su comunidad.

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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, MÉXICO — El incienso impregna el aire en el lugar de trabajo de Kiki Suárez, que es en parte una galería y en parte un espacio de terapia.

Suárez, de 66 años, nació en Alemania y es una psicoterapeuta y una artista reconocida internacionalmente. Construir y compartir espacios hermosos ha sido durante mucho tiempo parte de su misión, dice.

Pero en los últimos 10 años, en los que Suárez ha comenzado a perder su visión a causa de la retinitis pigmentosa, ha decidido enfocarse en la terapia artística para los miembros de su comunidad.

Hoy se rodea (y a sus pacientes) de pinturas de colores intensos y de los rostros sonrientes de niños y niñas. Un tapete suave con cojines esponjosos es la pieza central del espacio de terapia artística en el que los pacientes se sientan y departen cada día. Decenas de clientes individuales van a visitar a Suárez para recibir la terapia y otras 50 personas toman parte de sus grupos de autoayuda que usan el arte como terapia.

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Adriana Alcázar González, GPJ México

Visitantes miran las obras de arte en el estudio de Suárez. Todas las ganancias se usan para costear el cuidado de sus pacientes.

Aunque ya no pinta sus famosas escenas mexicanas, su vida se transformó al llegar a esta comunidad.

“Llegar a México me rompió muchos esquemas de vida, a cuestionarme todo lo que era y estar abierta para todo lo que me tocaba aprender”.

Kiki Suárez, quien nació como Irene Elisabeth Oberstfeld en Hamburgo, Alemania, llegó a México por primera vez en 1977. Cuando se casó con el fotógrafo mexicano Gabriel Suárez a finales de la década de 1970, se instalaron en San Cristóbal de las Casas, una ciudad en Chiapas, el estado más al sur de México.

Al principio, Kiki Suárez no hablaba español, lo que la hizo deprimirse y la hacía incapaz de comunicarse con pacientes o con un círculo social más amplio. Su depresión la curó la pintura, dice.

“Parte de mi cura fue empezar a pintar y yo no era pintora, pero al pintar se me fue la depre“, dice. “Yo podía pintar el mundo que quería: una casa en el árbol, una mujer volando. Me di cuenta [de] que pintando era una diosa”.

Y eso se convirtió en el regalo que quería darles a sus pacientes.

Un grupo de terapia artística, bien llamado Grupo Visión, reúne a 30 familias para crear arte y crear conciencia sobre las dificultades que enfrentan las personas con discapacidades en Chiapas.

“He encontrado una gran aliada en Kiki Suarez y en el Grupo Visión”, dice María Isabel Cantú, de 38 años, cuyo hijo de cinco años, Santiago, nació con síndrome de De Morsier, un desorden genético que hace que el nervio óptico no se desarrolle por completo.

“El grupo visión nos ha permitido intercambiar dolores, incertidumbres entre nosotros, pero también alegrías y esperanzas”, dice Cantú.

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Adriana Alcázar González, GPJ México

Obras de arte creadas por estudiantes son vendidas en una subasta para ayudar a costear nuevas terapias innovadoras para las discapacidades de sus pacientes.

Elizabeth Patricia Pérez, una psicóloga del área, trabaja con Suárez administrando el grupo.

“La convocatoria era sencilla. Kiki nos invitaba a todas aquellas personas que vivíamos de alguna discapacidad a que nos reuniéramos para iniciar un grupo de autoayuda donde todos y todas éramos bienvenidos”, dice Pérez sobre las publicidades de radio y los avisos comunitarios que hizo Suárez cuando su propia visión estaba empeorando.

Hoy el grupo tiene sesiones semanales de terapia y organiza una subasta anual para reunir fondos para costear el cuidado y el tratamiento de los miembros del grupo.

“La subasta que organiza Kiki Suarez junto con el grupo permite que niños como Santiago tenga[n] acceso a terapias alternativas como la equinoterapia, o acceso a sus prótesis oculares, o hasta para comprar pañales”, dice Cantú.

Pablo Medina Uribe, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.