Argentina

Futbolistas argentinas demuestran tener resistencia ante la adversidad

En septiembre de 2017, la selección nacional femenina de fútbol argentina se fue a huelga por dos semanas para obligar al órgano directivo de este deporte a pagar gastos pendientes relacionados con sus entrenamientos. Las futbolistas y las entrenadoras profesionales del país dicen que son marginadas y que las oportunidades para crecer son limitadas; pero los directivos prometen cambios.

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Argentine Women Football Players Show Resilience in Face of Barriers

Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Marcela Figueroa, una jugadora de la selección nacional femenina sub-17, juega con una pelota mientras ve un partido amistoso entre la selección femenina de mayores y un equipo masculino local en Ezeiza, una ciudad en la provincia de Buenos Aires.

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BUENOS AIRES, ARGENTINA — “A mí me encantaba el fútbol, pero nunca había visto fútbol femenino en ningún lado”, dice Luana Muñoz, de 19 años, mientras patea una pelota en la calle frente a su casa en la provincia de Buenos Aires.

Muñoz dice que cuando tenía 13 años tenía que rogarles a los niños de su barrio para que la dejaran jugar en sus partidos de fútbol. En la escuela, los profesores alentaban a las niñas a que jugaran balonmano en vez de fútbol para evitar lesiones, dice.

Pero un año después, Muñoz comenzó a jugar profesionalmente como miembro del equipo nacional sub-17 de Argentina. Antes de eso, ella ni siquiera sabía que este equipo existía, debido a que recibía una cobertura ínfima en los medios locales. Aunque está siguiendo su pasión, Muñoz dice que ha sido difícil para ella y para sus compañeras de equipo desarrollar sus habilidades y recibir atención de los hinchas de fútbol del país.

El fútbol es uno de los deportes más populares en Argentina. Pero las jugadoras y las entrenadoras profesionales dicen que son marginadas y que las oportunidades para crecer son limitadas.

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Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Florencia Chiribelo, arquera de la selección femenina, entrena en una cancha de fútbol en la sede de la Asociación del Fútbol Argentino en Ezeiza, una ciudad en la provincia de Buenos Aires.

Mientras que el fútbol femenino sigue volviéndose más popular en todo el mundo, con un número cada vez mayor de jugadoras registradas en Europa, según un informe de 2017 de la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (Uefa), las mujeres tienen muy poca presencia en la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).

Hay unas 25.429 jugadoras registradas en esta confederación regional, mientras que otras federaciones tienen más de 2,2 millones de jugadoras registradas, según una encuesta de 2014 de la Fédération Internationale de Football Association (Fifa).

No hay datos oficiales sobre el número total de futbolistas mujeres en Argentina, pero la Asociación Femenina de Fútbol Argentino, una organización local que aboga por el desarrollo del fútbol femenino, estima que un millón de mujeres argentinas jugaron fútbol, bien sea profesional o recreativamente, en 2017.

Algunas futbolistas que juegan profesionalmente dicen que suele ser difícil ganarse la vida con este deporte. En septiembre, miembros del equipo nacional femenino se fueron a una huelga de dos semanas para obligar a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la organización a cargo de los equipos nacionales de fútbol, a pagar gastos pendientes relacionados con sus entrenamientos y a proveerles instalaciones adecuadas para entrenar y gastos de viaje.

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Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Luana Muñoz, de 19 años, comenzó a jugar fútbol cuando era una niña, en una calle empedrada. Ahora forma parte de la selección nacional femenina argentina.

Aunque sí se mejoraron las instalaciones para los entrenamientos, las jugadoras del equipo aún no han recibido pagos, el acceso a recursos para el desarrollo profesional es escaso y los cargos de liderazgo están fuera de su alcance, según dice Muñoz.

Carolina García, fundadora de #WomenIntoSports, un congreso realizado en 2016 sobre el liderazgo de las mujeres en el fútbol femenino, dice que existen marcos para fomentar la participación de mujeres en equipos deportivos y comités ejecutivos locales, pero estas reglas prácticamente no han sido puestas en práctica por los órganos rectores deportivos del país.

El programa de cuatro años de la Fifa para el desarrollo del fútbol femenino, que comenzó en 2015, provee a sus 209 asociaciones miembros, incluyendo a la AFA, recursos y herramientas para desarrollar a las jugadoras. Pero García dice que no es claro si Argentina está aprovechando el programa.

“Aún no hay transparencia, por eso hay que tratar el tema de compliance en el fútbol”, dice García.

Mientras que la Fifa recomienda que las mujeres ocupen el 20 por ciento de los puestos de los comités ejecutivos de fútbol, García dice que la participación de las mujeres en esos roles es notablemente inferior en Argentina y toda Suramérica. Las mujeres solo representan el 2 por ciento de los miembros de los comités ejecutivos que hacen parte de la Conmebol.

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Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Desde la izquierda, al frente: Marcela Figueroa, Marilyn Targhetta y Carla Lescano, jugadoras de la selección sub-17 femenina argentina, ven un partido amistoso entre la selección femenina de mayores y un equipo masculino del Club Sportivo Italiano argentino.

Ricardo Pinela, el presidente de la división de la AFA encargada de los equipos femeninos, dice que a pesar de las demoras en los pagos de viáticos, debido a problemas administrativos, su organización está desarrollando un plan estratégico para formar a las mujeres para que puedan ser gerentes en órganos rectores locales de fútbol y para crear escenarios de exposición para las jugadoras.

“En el proyecto se está contemplando el desarrollo de dirigentes para el fútbol femenino, específicamente mujeres”, dice Pinela. Los torneos de fútbol femenino son transmitidos por televisión cada semana para aumentar la exposición de las jugadoras profesionales, añade.

El plan comenzará este año, pero Pinela dice que su organización sigue debatiendo cuál será su duración.

Pablo Medina Uribe, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.