Argentina

Festival Internacional de Tango Queer de Buenos Aires busca poner fin a discriminación en clubes de tango

En la mayoría de los clubs de tango en Buenos Aires, los hombres bailan con mujeres. Pero un grupo de bailarines que quieren libertad para disfrutar del tango con parejas del mismo sexo apunta a cambiar esto, en parte participando en el Festival Internacional de Tango Queer de la ciudad. En el festival, que concluyó ayer, personas de cualquier género pueden bailar tango con quienes elijan.

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International Queer Tango Festival in Buenos Aires Seeks to Curb Gender Discrimination

Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Parejas del mismo sexo y heterosexuales participan en el festival.

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BUENOS AIRES – Pares de tacones pisan al compás. Las polleras se bambolean y los zapatos de tango de hombre se mueven siguiendo el ritmo.

En pleno tango, las parejas cambian los roles, independientemente del género.

El que guiaba se convierte ahora en el guiado. En esta milonga, nombre con el que se identifica a los clubs de tango en Argentina, todos bailan abrazados.

Las parejas de tango del mismo sexo serían algo chocante o incluso prohibido en muchas milongas, donde dominan concepciones tradicionales respecto a la sexualidad. Pero en el Festival Internacional de Tango Queer de Buenos Aires, que se celebra anualmente en la capital argentina, la prioridad era aceptar y promover el cambio. Eventos similares a éste se realizan en todo el mundo.

En el tango -baile de salón y género musical que se originó en Buenos Aires allá por los 1800-, la tradición indica que sólo el hombre puede guiar, según señala Pablo Nievas, profesor y bailarín profesional de tango. Explica que, mientras baila manteniendo a su compañera pegada a su cuerpo, el hombre busca los espacios libres en la pista y la conduce en esa dirección.

Por su parte, la mujer se deja guiar, interpreta el movimiento de su compañero y se mueve hacia donde él le indica, según agrega Nievas. El tango está conceptualizado como un acto de seducción, en el que el hombre logra conquistar a la mujer.

“En una milonga no se ven hombres bailando con hombres ni mujeres con mujeres”, dice. ”Es un ambiente muy discriminador en ese sentido”.

Si a mí me preguntás cuál es mi sueño, lo que más me gustaría que pase con el festival es que desaparezca. Que ya no sea necesario calificar a la actividad de queer para que se pueda bailar cómo y con quién se quiera

El Festival Internacional de Tango Queer de Buenos Aires nació como producto de esta discriminación, cuenta Augusto Balizano, bailarín profesional, profesor de tango y uno de los organizadores del evento.

“Si yo quería ir a bailar tango con otro hombre, no había dónde, no se podía”, dice. “Nadie había ido a bailar con alguien de su mismo sexo, ni se animaba. El tango había sido consolidado con el estereotipo hombre y mujer”.

El festival se realizó por primera vez en 2007 con el objetivo de reunir a bailarines y profesores de tango queer de todo el mundo. Desde entonces, los participantes han usado este ámbito para bailar y promover espacios donde todos los bailarines se puedan mover libremente, según explica Balizano. Este año, el evento tuvo lugar entre el 16 y el 22 de noviembre.

Balizano es gay y dice que le encanta el festival, porque les permite a personas como él sentirse libres para ser ellas mismas y tomar sus propias decisiones en un ambiente de aprobación.

Monika Sackarndt viajó desde Alemania para participar en el festival.

Aprendió a bailar tango hace tres años en Berlín, según cuenta.

Photo by Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Mariana Docampo (izquierda) y Augusto Balizano, organizadores del festival desde sus inicios, en 2007, inauguran la primera noche de baile. Este año, el festival se celebró entre el 16 y el 22 de noviembre.

Photo by Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Los participantes bailan en la noche de apertura del Festival Internacional de Tango Queer de Buenos Aires. La tradición en el tango dictamina que se baila entre un hombre y una mujer, siendo el primero el que guía a su pareja. Pero en el festival, pueden bailar parejas del mismo sexo y cualquiera de los dos puede guiar.

Photo by Ivonne Jeannot Laens, GPJ Argentina

Entre las actividades del festival, se incluyeron talleres de tango diurnos, donde se enseñaron distintos estilos de baile y técnicas corporales. Los alumnos suelen intercambiarse de pareja durante las clases, independientemente del género.

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“Disfruten, cierren los ojos y déjense llevar”, dijo la profesora a los participantes en el taller de tango del miércoles, en Buenos Aires.

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Saber caminar y saber dónde poner el peso corporal son dos secretos para bailar bien el tango, dice Docampo, a quien se ve aquí dirigiendo a un grupo de estudiantes durante un ejercicio.

Photo by Ivonne Jeannot Laens, GPJ Argentina

Los talleres dan la posibilidad de practicar tango tanto con hombres como con mujeres. Antes de empezar a bailar, se define quién guía, pero ese rol puede cambiar en medio del baile.

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Participantes en atuendos drag en una de las fiestas a la noche. “Con actividades como la de este festival, se logra un trabajo más comunitario, porque en estas reuniones compartimos experiencias de lucha, experiencias laborales y hasta sentimentales que se dan en los diferentes lugares", dice Pedro Fernando Muñoz, quien maquilló a varios de los bailarines.

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Los bailarines compitieron por el premio al mejor disfraz drag.

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El ganador al mejor disfraz drag Martín Bellier, a la izquierda, en vestido rojo, representa al personaje “Rubí”, una joven tímida que enviudó y busca un marido millonario para casarse, según explica. "Para mí el tango queer es enriquecedor, no sólo para el mundo gay sino para todos”, dice.

Photo by Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Participantes en la fiesta de tango drag del miércoles.

Pero dice que no se siente bienvenida en las milongas tradicionales de Berlín cuando va a bailar con su pareja, otra mujer. Siente que en Buenos Aires la gente es mucho más abierta a la idea y a la imagen de parejas del mismo sexo.

“En las milongas tradicionales de Berlín, no se nos permite bailar con los zapatos que queramos”, dice. “Si eres una mujer, sólo puedes bailar con tacones altos”.

Esta noche, remarca que baila con los zapatos que eligió.

Liliana Furió dice haber encontrado en el tango queer la posibilidad de bailar con otras mujeres, pero también la de sacar a bailar a un hombre y ser quien guía. Furió asistió al festival como participante y como investigadora para un documental que está realizando sobre tango queer en el mundo.

A modo de anécdota, recuerda que una vez la echaron de una milonga por bailar con una mujer.

“Se acercó el dueño y nos dijo que en esa milonga no se podía bailar así”, dice. “Nos echó de forma muy violenta”.

Ese tipo de reglas no aplican en las pocas milongas queer que existen, coinciden organizadores y participantes.

La teoría queer plantea que las concatenaciones entre un cuerpo, un rol y un comportamiento son arbitrarias, según explica Moira Pérez, profesora de filosofía en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora en Buenos Aires. Pérez da talleres sobre teoría queer en distintos puntos de la ciudad.

“El queer plantea la idea de que no hay una identidad fija y que el cambio de roles tiene que ver con la fluidez del cambio de las personas”, dice.

Balizano dice que el festival le da el lugar a la gente para que sea libre, pero él también aspira a que pronto el tango queer sea aceptado dentro de la cultura tanguera.

“Si a mí me preguntás cuál es mi sueño, lo que más me gustaría que pase con el festival es que desaparezca”, sostiene. “Que ya no sea necesario calificar a la actividad de queer para que se pueda bailar cómo y con quién se quiera”.

Ivonne Jeannot Laens adaptó esta versión de la edición en inglés.

La entrevista a Monika Sackarndt fue hecha en inglés y traducida al español.