SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, MÉXICO — En muchas escuelas de este montañoso pueblo mexicano, los niños carecen de algo indispensable: agua proveniente de una fuente limpia y segura. Sus opciones son tomar agua del tubo o consumir baratas bebidas azucaradas. Pero el agua del tubo representa un gran riesgo, ya que en los puntos de distribución del pueblo el agua no es tratada.
“El agua está mala en San Cristóbal. Si llega así a las niñas y niños, la probabilidad de que haya infección es alta”, dice Saúl Kenji Pío Robles Ramírez, coordinador de participación del programa Agua Segura en Escuelas, dirigido por la Fundación Cántaro Azul que opera sin fines de lucro.
Es por eso que los niños de aquí recurren a sodas y jugos de bajo costo que están a la venta en las escuelas.
“Existe una gran desconfianza de tomar agua, lo que propicia un mayor consumo de bebidas azucaradas”, dice el Dr. Marcos Arana Cedeño, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. “El bajo costo de las bebidas azucaradas y el acceso deficiente al agua potable contribuyen a mayor consumo de estas bebidas”.
Las personas tienen razón al ser precavidas con respecto al agua potable: Según un reciente estudio, todos los puntos de distribución de agua en San Cristóbal de las Casas presentaron contaminación fecal. No existen plantas de tratamiento de agua; los ríos reciben todas las aguas residuales.
“Desechamos nuestras heces a los ríos, los ríos se contaminan, llegan a las casas – son las mismas aguas que riegan las hortalizas”, dice Ane Galdos Balzategui, investigadora de la calidad del agua y una de las autoras del estudio del riesgo microbiológico.
El Centro de Capacitación en Ecología y Salud para Campesinos (CCESC), fundado por Arana Cedeño, está realizando un estudio sobre el consumo infantil de bebidas azucaradas. El estudio abarca 544 alumnos de cuatro escuelas, y encontró que algunos consumen hasta 170 productos azucarados a la semana, según Arana Cedeño.
Arana Cedeño dice que la Coca-Cola y los jugos son las bebidas azucaradas de más consumo. La Coca-Cola está a la venta justo afuera de las escuelas.
Pero el consumo de tantas bebidas azucaradas tiene su costo.
Según el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, “niños con consumo habitual de bebidas azucaradas entre comidas tuvieron 2.4 veces más probabilidad de tener sobrepeso al ser comparados con niños no consumidores. El consumo elevado de bebidas azucaradas en niños y adolescentes predice ganancia de peso en la edad adulta”.
José Antonio Robles Córdoba, de 10 años, es alumno de la escuela primaria Josefa Ortiz de Domínguez.
Él dice saber que el agua es mejor que las bebidas azucaradas, y sabe que esas bebidas pueden causar diabetes, obesidad y otras enfermedades.
“Por eso es mejor tomar agua pura que te quita la sed en lugar de las bebidas azucaradas que primero te quitan la sed y luego te dan más sed”, dice Córdoba.
Dice, sin embargo, que con su familia no siempre toma agua.
“A veces bebemos bebidas azucaradas. Cuando convivimos, tomamos refresco”, dice Córdoba.
Según Robles Ramírez, los niños hidratados aprenden más y faltan menos a la escuela. Pero sin agua potable limpia y segura en las escuelas, los niños no tienen muchas opciones.
“Si les preguntas (a los niños) qué es mejor beber, agua o refresco, te van a responder agua, pero no hay una relación clara con el hacer”, dice.
Terry Aguayo, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.