CHAQUIJYÁ, GUATEMALA — Aquí, el sistema educativo es conocido por sus debilidades.
Hay más de dos millones de estudiantes en edad escolar aquí que no van a la escuela. Tan solo el 50 por ciento de los niños de tercer grado cumplen con los estándares de matemáticas y lectura. Y tan solo tres cuartos de los estudiantes completan el sexto grado.
Las aulas no tienen ni profesores ni materiales suficientes.
Las innovaciones y las intervenciones son poco comunes.
Pero hoy, Ana Solares y Gloria Coc, profesoras de primer grado de la Escuela Central de Chaquijyá, se paran frente a sus estudiantes y les dan instrucciones sobre cómo usar sus nuevas tabletas de última generación.
Estas tabletas, donadas por ProFuturo, quienes proveen herramientas de educación digital en ambientes vulnerables de educación en África, Asia y América Latina, están enlazadas con WeClass, una plataforma que les permite a los profesores acceder a varias tareas de materias como matemáticas o higiene.
Llevar tecnología a las aulas rurales de Guatemala ha sido un reto para los profesores, dice Coc.
“Los niños manejan la tecnología con mayor facilidad que nosotros”, dice.
Hace apenas un año, tener tecnología en el aula habría sido impensable.
“Antes no [había] computadoras y no sabíamos manejarlos”, dice Coc. “ahora fuimos aprendiendo y seguimos aprendido junto con los niños”.
El Plan Estratégico de Educación de Guatemala para el período 2016-2020 ha sido criticado por tener la ambición de darles a niños de escasos recursos acceso a mejor educación cuando la mayoría de escuelas no cuentan con los recursos para cumplir esa meta. Guatemala invierte apenas el 2,4 por ciento de su presupuesto nacional en educación.
Así que cuando ProFuturo anunció su plan de entregar 28.000 tabletas a estudiantes de primaria y de entrenar a 1000 profesores en Guatemala, este plan fue recibido con emoción.
Las tabletas, financiadas por la Fundación Telefónica y la Fundación Bancaria La Caixa, ya han sido entregadas en 189 escuelas.
“Veo la necesidad de implementar nuevas técnicas de aprender”, dice Esteban Toc, el director de la Escuela Central Chaquijyá y exalcalde de Sololá. “Los maestros se están actualizando para dominar la tecnología y así replicar lo que se aprende. Así el mundo tendrá a niños y jóvenes competitivos en un mundo tan cambiante”.
La escuela en Chaquijyá recibió 30 tabletas, a las que varios grados tienen acceso de manera rotativa.
Los estudiantes están emocionados con las nuevas herramientas, dice y añade que las implicaciones para la futura fuerza de trabajo de Guatemala a largo plazo son emocionantes.
“Es una oportunidad de crecer como persona y descubrir habilidades novedosas para aplicarlas en un futuro como estudiantes universitarios y en el campo laboral”, dice Toc.
Los padres, también dicen que están complacidos con el hecho de que sus hijos puedan estar expuestos a la tecnología.
Juana Tautiu, una madre, dice que llevar tecnología al aula también implica que los padres tienen que entender cómo regularla.
“Es un cambio para las comunidades,” dice Tautitu “Como padres debemos de guiar a nuestros hijos para que no sea un vicio tener esa herramienta.”
Sobre todo, los estudiantes están felices de poder tener acceso a herramientas modernas.
“Me gusta lo que veo en la tablet”, dice Derik Chumil Saloj, de siete años. “Aprendo mucho porque veo imágenes, escucho lo que dicen y sigo instrucciones. Aprendo por mí mismo”.
Pablo Medina Uribe, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.