Argentina

Ante altas tasas de desempleo, jóvenes en Argentina crean sus propios empleos

La tasa de desempleo juvenil en Argentina está por encima del promedio de la región, y muchos estudiantes encuentran al graduarse un mercado que no es el apropiado para sus habilidades y cualificaciones. Pero algunos jóvenes argentinos están tomando cartas en el asunto: Cuando no pueden encontrar empleo, lo crean.

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Facing High Unemployment Rates, Argentina’s Young People Create Their Own Jobs

Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Florencia Zuvi trabaja en la caja de su negocio, Ice Roll Argentina. En la actualidad, el puesto de dulces solo opera en ferias y mercados, y por lo general, los fines de semana. Zuvi espera ampliar su negocio y tener una tienda que pueda abrir durante la semana.

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BUENOS AIRES, ARGENTINA — Florencia Zuvi vierte crema sobre una plancha helada, luego agrega un muffin picado. Después esparce la mezcla con cuidado en la plancha y la congela. Una vez congelada la mezcla, usa la espátula para armar pequeños rollitos de crema helada que acomoda delicadamente en un recipiente. Decora el dulce con salsa de chocolate.

El resultado es una obra de arte.

“Antes era secretaria y odiaba mi trabajo”, explica Zuvi, de 31 años. Junto a su hermano, Iván Zuvi, de 26, es fundadora de Ice Roll Argentina, un emprendimiento de helado en rollos. Los Zuvi operan el negocio desde un puesto que instalan en ferias gastronómicas y mercados por toda la ciudad. Durante un reciente día de trabajo, Florencia Zuvi alternaba entre la caja y la cocina de Ice Roll.

No era la única emprendedora trabajando en la feria ese día.

Cuando no quedaban clientes frente al puesto, Lucía Sigüenza, de 23 años, y Gastón Rodríguez, de 27, se acercaron a Ice Roll Argentina y propusieron hacer un videojuego para promocionar la marca. Ellos también tienen un emprendimiento: BAAM! Studio, un estudio de advergames – videojuegos que promocionan marcas dentro del mismo juego. A Florencia Zuvi le encantó la idea.

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Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Florencia Zuvi, una de las fundadoras de Ice Roll Argentina, prepara un postre en su puesto en Patio de los Lecheros, un mercado de Buenos Aires. Ice Roll realiza sus actividades comerciales en ferias y mercados de la ciudad. Zuvi espera lograr aumentar la difusión de la marca, para que el negocio pueda abrir en un sitio comercial de manera consistente todos los días de la semana.

Sigüenza, quien terminó sus estudios en diseño audiovisual en 2017, dice que no ha podido obtener la experiencia necesaria porque no ha podido conseguir trabajo en su campo.

“Le pasa a todo el mundo. Mis amigas tampoco consiguieron trabajo de lo que estudiaron. Es muy difícil”, dice.

“Yo me cansé de que la oferta laboral sea trabajar en empresas de publicidad como trainee de 8 a 19 sin paga”, agrega Rodríguez.

Estos argentinos tienen dificultades para acceder a un empleo estable, por lo que se lanzaron por su cuenta a crear sus propios emprendimientos. Pero estos jóvenes emprendedores también se enfrentan a inesperados retos financieros, legales y administrativos a la hora de arrancar y dirigir su propia empresa.

En Argentina, el desempleo entre jóvenes de 18 a 24 años fue del 24,6 por ciento en 2016, según un estudio del Grupo Adecco, una consultora de recursos humanos que encuestó a 20,646 jóvenes en Argentina, en mayo de 2017. El porcentaje queda por encima del promedio de América Latina y el Caribe, donde el desempleo juvenil es del 19,5 por ciento, según la Organización Internacional del Trabajo.

Para Alexandra Manera, directora de recursos humanos para Argentina y Uruguay del Grupo Adecco, el problema del desempleo se debe a una descoordinación entre las necesidades del mercado laboral y el sistema educativo.

“Las metodologías de enseñanza no están adaptadas a lo que el mercado está necesitando, y el ambiente económico de inestabilidad hace que las empresas no quieran tomar más empleados”, dice Manera.

Añade que el mercado está buscando empleados expertos en informática e ingeniería. Las empresas también desean encontrar empleados que tengan habilidades interpersonales para que puedan comunicarse y trabajar en equipo, pero no todas las escuelas y universidades enseñan dichas habilidades.

Fabián Pereyra, director general de Políticas de Juventud del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, dice que los jóvenes no toman en cuenta las necesidades del mercado a la hora de escoger lo que van a estudiar.

Pereyra está de acuerdo en que los sectores de informática e ingeniería son sectores que contratan en alto volumen, así como también las artes culinarias e idiomas. Sin embargo, dice, los jóvenes en Argentina siguen estudiando leyes y medicina, o humanidades, como por ejemplo sociología y psicología. El mercado, añade Pereyra, está saturado de graduados en esos campos, y la competencia es fuerte.

Manera dice que los emprendimientos son el resultado de que los jóvenes no consigan trabajo en sus campos de estudio.

“Hoy los jóvenes son más independientes y empiezan a pensar en cuestiones de emprendedurismo cuando se ven limitados en el acceso al mercado de trabajo”, dice Manera.

Pero no todos los emprendimientos funcionan. Pereyra dice que 8 de cada 10 proyectos fracasan por “no tener un plan de negocio, un plan de marketing o las herramientas necesarias para hacer que su emprendimiento sea sustentable”.

Como respuesta, la Dirección General de Políticas de Juventud del gobierno de la ciudad impulsa concursos para emprendedores. Los ganadores reciben dinero, así como también mentoría, para arrancar o ampliar sus negocios, según Pereyra. Los premios oscilan entre 80,000 pesos argentinos ($3,053) y 150,000 pesos ($5,725). Los jueces, expertos en campos como la tecnología, nuevos medios y moda, seleccionan a los ganadores.

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Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Florencia Zuvi, derecha, sirve helado estilo tailandés en su negocio, Ice Roll Argentina, en Patio de los Lecheros, un mercado en Buenos Aires. Zuvi y su hermano, Iván, ganaron un concurso para emprendedores que buscan abrir su propio negocio.

En 2017, Florencia Zuvi y su hermano ganaron el concurso del gobierno para emprendedores y lanzaron Ice Roll Argentina. Ella recibió mentoría para desarrollar un modelo empresarial y un plan de marketing, así como también 150,000 pesos ($5,725).

“La maquinaria era cara, para arrancar el proyecto; necesitábamos financiación. Cuando ganamos conseguimos el capital que necesitábamos para empezar. El programa nos sirvió muchísimo para creer en el proyecto”, dice Florencia Zuvi.

Para Florencia Zuvi, así como también para Sigüenza, los aspectos legales y administrativos fueron los más difíciles al arrancar sus propios negocios.

Los deberes relacionados con arrancar un negocio en Argentina pueden ser muchos; desde verificar el nombre de la empresa y certificar las firmas de los socios, hasta inscribirse con el Registro Público de Comercio de la ciudad, lo que podría conllevar páginas de compleja documentación y miles de pesos.

Florencia Zuvi dice que ella esperaba enfrentarse a un reto económico, pero no esperaba que los asuntos legales y administrativos fueran tan complicados. Sigüenza concuerda, y añade que un contador podría ayudarle con los complejos trámites financieros.

En cuanto a contratar un contador, Sigüenza dice, “en este momento no podemos hacerlo”.

Sigüenza explica que Baam! Studio podría beneficiarse de un mentor quien ayudaría a organizar mejor el negocio y a desarrollar una estrategia de marketing.

Florencia Zuvi, por su parte, cree que en este momento lo más importante es aumentar la difusión de la marca, para lograr tener una tienda en un mercado, centro comercial o área donde el negocio pueda abrir todos los días de la semana. En la actualidad, Ice Roll Argentina solo opera en ferias y mercados, y por lo general, los fines de semana.

Terry Aguayo, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.