Puerto Rico

La crisis de la basura tiene a Puerto Rico cerca 'del precipicio'

La mayoría de los vertederos de Puerto Rico no cumplen con los estándares federales y están casi llenos. Quienes residen en la zona y las personas expertas temen que la basura pronto abrumará la región.

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Trash Crisis Leaves Puerto Rico Near ‘the Brink’

Coraly M. Cruz Mejías, GPJ Puerto Rico

Nilda Delgado se sienta frente a varios medicamentos recetados que toma tras dos incidencias de cáncer. Delgado sospecha que el vertedero del pueblo contribuyó a las muertes de varias personas de su familia.

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TOA ALTA, PUERTO RICO — Con el paso de los años, Benjamín González ha visto cómo su vertedero local se convierte en una montaña de basura. Ha contaminado las quebradas de su pueblo que alguna vez fueron vírgenes. Ha contaminado el acuífero de piedra caliza. Y ha dejado charcos oscuros y burbujeantes que infectan el aire con un hedor omnipresente.

“Hay días que por más acostumbrado que uno esté no se puede”, dice González, quien ha formado parte de un esfuerzo de años para cerrar el vertedero.

La basura del vertedero se eleva sobre más de 100 casas en Contorno, una comunidad en Toa Alta, un municipio frondoso y tranquilo en la costa norte de Puerto Rico, una vez conocido gracias a la fama generada por quienes allí se han dedicado a la escritura y la poesía.

Hoy, dicen las personas de la comunidad, es cada vez más conocido por los olores nocivos que las atrapan en el interior de sus hogares y la contaminación que sospechan ha causado enfermedades graves. Sus preocupaciones reflejan una crisis de manejo de desperdicios de décadas que solo ha empeorado en los últimos años, ya que las tasas de reciclaje siguen siendo bajas incluso cuando la basura se acumula.

Cada persona en la región genera un promedio de 5.6 libras de basura por día, según un informe de calificaciones de infraestructura para Puerto Rico de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles en 2019. Eso se compara con 4.4 libras en otras partes de Estados Unidos.

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Coraly M. Cruz Mejías, GPJ Puerto Rico

Una residente de Contorno muestra fotos que la comunidad utilizó para llamar la atención sobre los problemas del vertedero. Pero sus esfuerzos han disminuido durante la última década, dice.

Debido a que Puerto Rico es un grupo de islas, la basura no tiene adónde ir, dice Carl Soderberg, director ejecutivo del capítulo de Puerto Rico de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente.

“Estamos a un paso del precipicio”, dice.

Veintinueve vertederos están repartidos por toda la región. Dieciocho no cumplen con los estándares federales porque, entre otras violaciones, funcionan como “vertederos abiertos”.

Los vertederos ya están tan llenos que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos predice que superarán su capacidad para 2023.

Puerto Rico recicla solo del 9% al 14% de su basura, aunque al menos el 35% de sus desperdicios sólidos son reciclables. En 2017, la crisis de la basura se agravó cuando los huracanes María e Irma dejaron al menos 2.5 millones de toneladas de escombros.

El vertedero que atormenta a los residentes de Contorno se inauguró en 1966. Dos pozos de agua potable y 14 pozos de agua subterráneos se encuentran a 2 millas del vertedero. Se alimentan del valle del Río de la Plata, un importante acuífero de agua potable.

El vertedero se encuentra en 31 acres, y se convirtió en una amenaza tal que las personas que residen en Contorno crearon Toalteños por el ambiente, para oponerse a él. Escribieron a la legislatura municipal y a la Junta de Calidad Ambiental (ahora parte del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico) para quejarse de la pestilencia. También estaban enojadas porque cuando llovía, torrentes de basura salían del vertedero.

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Coraly M. Cruz Mejías, GPJ Puerto Rico

José Rodríguez se encuentra junto a una acumulación de líquido oscuro, maloliente y burbujeante, conocido como lixiviado, que el vertedero descarga a solo unos pasos de su casa.

González dice que antes de la visita de quienes trabajan para la Junta de Calidad Ambiental, siempre hicieron advertencias a las personas encargadas de administrar los vertederos que acostumbraban cubrir la basura con tierra después de dejarla a la intemperie durante semanas, una violación de los estándares de la EPA.

“Ya nosotros nos cansamos”, dice González, quien es parte de Toalteños por el ambiente. “Nosotros fuimos hasta la legislatura municipal. Se hicieron reuniones, ya nosotros vemos que es cuesta arriba, ya vemos que no vale la pena”.

Para 2016, el vertedero de Toa Alta contenía al menos 30 millones de libras de desperdicios domésticos peligrosos, sin incluir los que llegaron al área circundante, según una orden administrativa de la EPA en 2017.

El mantenimiento es deficiente y la basura expuesta sale del vertedero. El vertedero también libera un líquido maloliente, conocido como lixiviado, en cantidades de al menos 4 millones de galones al año. Un estudio de 2012 relacionó el lixiviado con un desarrollo anormal, bajo peso al nacer, leucemia y otros tipos de cáncer en las comunidades cercanas.

En 2017, la EPA ordenó el cierre del vertedero. Pero sigue recibiendo basura.

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Coraly M. Cruz Mejías, GPJ Puerto Rico

Nilda Delgado, vestida de marrón, y Benjamín González miran hacia el vertedero, que bordea una carretera en el barrio de Contorno.

María Coronado, directora del programa de contaminación de terrenos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, dice que una orden de cierre no significa necesariamente un cierre inmediato.

“Esto es un proceso paulatino que puede llevar un par de años o más, dependiendo del tamaño de la instalación”, dice, y añade que el vertedero podría continuar recibiendo basura si se expande.

José Rodríguez no está de acuerdo.

“Ese vertedero debe cerrar, eso no aguanta más”, dice el residente de Contorno, quien vive a solo pasos de un pozo negro de líquido del vertedero.

Rodríguez dice que los mosquitos y las moscas invaden constantemente su casa. Y González dice que el olor penetrante del vertedero a menudo mantiene a las personas que residen en el área dentro de sus hogares.

“Por la noche se ve como una neblina, esos son gases que están manando de ahí. En las casas respiran eso y la gente no lo sabe. Mueren sin saberlo. Eso es un peligro”, dice Rodríguez.

En y alrededor de Contorno, al menos 15 personas han muerto de cáncer durante los últimos años, dicen quienes viven en la zona.

Nilda Delgado, de 76 años, ha tenido cáncer dos veces. Ahora está en remisión, pero la enfermedad ha matado a personas de su familia durante los últimos 20 años.

“Tía Fucha murió de cáncer, Tía Juana murió de cáncer, Tía Fela murió de cáncer, Tío Mario murió de cáncer, Feldi y la esposa murió de cáncer”, dice. “Raúl y la esposa murieron los dos de cáncer”.

Ella teme que la contaminación ocasionada por el vertedero adelantó sus muertes: “Aquí todos están muriendo de cáncer”.

Coronado dice que la agencia quiere atender las preocupaciones de la comunidad sobre el cáncer.

“Es el interés del secretario del DRNA que la comunidad sea atendida y se sienta atendida”, dice. “Ninguna comunidad tiene por qué aguantar ese tipo de situación y que su calidad de vida se vea afectada de esa forma”.

También dice que una serie de desafíos ha afectado al programa de contaminación de terrenos del DRNA, que ella dirige, incluyendo la falta de personal para monitorear tales situaciones.

Desde el 14 de enero, dice Coronado, el DRNA ha inspeccionado el vertedero de Toa Alta, y se ha reunido con el director de operaciones del vertedero y con personas que residen en la zona. El 4 de febrero la agencia envió al gobierno municipal una carta en la que se describían los problemas del vertedero, siendo el problema más grave el pozo negro de lixiviados. El municipio tiene 30 días a partir de esa fecha para comenzar a atender los problemas, dice Coronado.

En México, un pequeño pueblo protesta contra un imponente vertedero Haga clic aquí para leer

Coronado dice que el Congreso de Estados Unidos aprobó alrededor de $40 millones y desembolsó más de $6 millones para que el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales reclute personal y mejore la infraestructura y los proyectos de administración del reciclaje. La agencia anunciará reglas más estrictas sobre el manejo de vertederos en marzo, agrega.

A pesar de todo, las personas de la comunidad de Contorno dicen que el gobierno les ha fallado.

“Ya estoy cansado”, dice González. Sus vecinos y vecinas asienten con la cabeza y regresan a sus hogares.

Coraly Cruz Mejías es reportera de Global Press Journal, establecida en Puerto Rico. Se especializa en escribir sobre el medio ambiente.


NOTA SOBRE LA TRADUCCIÓN

María Cristina Santos, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.