Mexico

En México, un pequeño pueblo protesta contra un imponente vertedero

Las personas que residen en Tololotlán y en otros pueblos cercanos al basurero Los Laureles se han enfrentado por décadas a la contaminación de la zona que, según dicen, ensucia sus aguas y sus campos. La clausura del basurero está programada para el próximo año, pero a las personas les preocupa que el impacto persista mucho tiempo después del cierre.

Read this story in

Publication Date

A Town Rages Against Towering Landfill

Maya Piedra, GPJ México

La agricultura ya no es el motor económico para los pueblos que colindan con Los Laureles, el basurero más grande del estado de Jalisco. La entidad ha ordenado la clausura del vertedero.

Publication Date

TOLOLOTLÁN, MÉXICO — Durante casi toda su vida, Casimiro Lazo vivió del campo. Cultivaba chícharos, habas, melones, calabazas, ejotes, sandía, pepino y caña.

Luego, en 1996, las aguas cristalinas “azulitas” que se usaban para regar los campos se volvieron negras, dice.

“Como chapopote”, explica Lazo, de 84 años.

Él y su familia sospecharon de los contaminantes de Los Laureles, el vertedero más grande del estado de Jalisco, en el oeste del país, una torre de basura y lodo compactados.

Desde entonces, el debate sobre el basurero ha confrontado a la población de la zona con el supervisor de la empresa que opera el basurero y la administración estatal, ya que las personas que allí viven dicen que Los Laureles ha provocado degradación ambiental, impacto en la actividad económica y enfermedades en el pueblo.

También les preocupa que los efectos dañinos del basurero persistan mucho después del cierre programado para 2021, y que nadie se haga responsable.

En junio, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco atrajo de nuevo la atención a estos problemas al advertirles a los organismos estatales y a otros acerca de la falta de supervisión, lo que desencadenó las promesas de las autoridades para atender los problemas del basurero.

Tololotlán, un pueblo pesquero y agrícola por tradición, con 1,449 habitantes, se encuentra al lado de Los Laureles y es parte de una zona conocida en otra época por su tierra fértil, manantiales y arroyos naturales, y vegetación abundante.

expand image
expand slideshow

Maya Piedra, GPJ México

Según las personas que residen en la zona, el líquido tóxico que escurre del vertedero, llamado lixiviado, ha llegado hasta el agua del pueblo, así como a los canales de riego alrededor de las plantaciones a las afueras de Tololotlán. Quienes trabajan en la agricultura señalan que ahora siembran sobre todo maíz y trigo, ya que otros granos y verduras ya no crecen en los campos del pueblo.

El río Santiago fluye a través de la región. Es el segundo río más extenso de México y ahora uno de los más contaminados, debido, en parte, al vertedero.

Los Laureles, que se utilizó primero como un vertedero al descubierto a principios de la década de 1990, cubre 74 hectáreas (183 acres) y recibe los desechos de las áreas vecinas, incluidos los de Guadalajara, la segunda ciudad más grande de México. Al vertedero llegan 3,144 toneladas de residuos al día.

Los contaminantes infestaron el sitio casi desde el principio. Un estudio de finales de los años noventa reveló que los líquidos residuales del vertedero, llamados lixiviado, producen niveles de cromo, cianuro y plomo que superan los límites establecidos por el gobierno estatal. Estas sustancias pueden ocasionar enfermedades graves, e incluso la muerte.

Las personas que investigan el asunto y quienes viven en la zona dicen que, con el tiempo, el problema empeoró.

La gente del área dice que algunas especies de peces desaparecieron de las aguas locales, y que algunos ranchos dejaron de operar porque el ganado murió por causas misteriosas.

“Se morían porque el agua estaba contaminada”, señala Gerardo Bernache, experto en contaminación por residuos sólidos urbanos que ha estudiado el impacto de Los Laureles en la región.

Los Laureles, que se utilizó primero como un vertedero al descubierto a principios de los 1990, cubre 74 hectáreas (183 acres) y recibe los desechos de las áreas vecinas, incluidos los de Guadalajara, la segunda ciudad más grande de México.

Alejandro Gómez y María Luisa Medina, quienes han vivido en Tololotlán por dos décadas, dicen que el basurero ha contaminado el canal de riego que atraviesa el pueblo y desemboca en el río Santiago. Medina dice que la gente usaba el canal para bañarse, regar las parcelas y pescar.

Ahora, dice Medina, es una fuente de desagradables olores y un hervidero de moscas. Hasta en las tardes de verano más cálidas, los y las habitantes se quedan adentro de sus casas.

Pero no todas las personas consideran que el vertedero sea un problema. Simón Ramírez, tesorero del comité de Agua Potable de Tololotlán, que trabaja de cerca con las autoridades de gobierno, dice que el vertedero todavía no contamina el agua del pueblo.

“No, la basurera no es ningún problema, todavía está algo retirada; estuvimos checando el agua y siempre salió al 99% limpia”, dice Ramírez.

José Monte, originario de Puente Grande que colinda con Tololotlán, no está de acuerdo. Monte, miembro de la organización Un Salto de Vida que se enfoca en la justicia ambiental, comenta que en los últimos 25 años el basurero ha propagado enfermedades y muerte.

“Yo creo en un 99% que no son nada certeros”, dice Monte, refiriéndose a los datos proporcionados por las autoridades con respecto a las condiciones del agua.

expand image
expand slideshow

Maya Piedra, GPJ México

Un canal de riego atraviesa Tololotlán cerca de la primaria. Los y las estudiantes dicen que la contaminación del canal genera olores desagradables.

Monte cuenta que su hijo tiene problemas de la vista y que su nieto tiene un trastorno del habla. El cáncer terminó con la vida de su padre a los 66 años y con la de su cuñado a los 52. Esta enfermedad también le quitó la vida a la esposa de Monte a los 46 años.

Él culpa al plomo que contiene el agua del pueblo por estos problemas de salud.

Un estudio de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y la Comisión Estatal del Agua de Jalisco analizó la sangre y la orina de 45 niños y niñas en Puente Grande y encontró plomo en todas las muestras. El 40% del grupo presentó riesgo de daño cerebral.

Sin embargo, varias personas que investigan el asunto no han logrado comprobar una relación causal directa entre Los Laureles y estos problemas de salud.

A finales de 2019, como consecuencia de un gran incendio en Los Laureles, el gobierno de Jalisco ordenó la salida de Caabsa Eagle S.A. de C.V., empresa operadora del vertedero, y prometió cerrar el vertedero en 2021.

En junio, la Comisión de Derechos Humanos del estado acusó a los organismos gubernamentales de desatender el vertedero, entre ellos, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente, la Secretaría de Salud y las alcaldías de los cinco municipios que usan el vertedero.

Haga clic aquí para más información

En respuesta, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial y la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente expresaron que presentarán una propuesta de ley que permita una posible indemnización para las personas afectadas por Los Laureles.

La Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente también se comprometió a visitar de forma constante Los Laureles y dice que pedirá a Caabsa una lista de las personas y las empresas que dejan sus residuos ahí.

Pero quienes habitan en la zona lo ven con escepticismo. Dicen que el gobierno ya ha hecho ese tipo de compromisos antes.

“Ya tienen como 10 años diciendo que van a cerrar la basurera, pero nada. Hemos ido empeorando a causa de la contaminación. ¿Qué pueblo les dejamos a los que vienen? Un pueblo contaminado”, declara Gómez.

Maya Piedra

es una reportera de Global Press Journal en México.


Nota sobre la traducción

Aída Carrazco, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés. Haga clic aquí para obtener más información sobre nuestro proceso de traducción.

Related Stories