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Más mujeres se unen a la Policía de la Ciudad de México

Menos de la mitad de las mujeres mexicanas trabajan fuera de sus hogares, pero cada vez más de ellas están encontrando empleo en un lugar quizás sorprendente: la Policía de la Ciudad de México.

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More Women Join Mexico City’s Police Force

Mar García, GPJ México

Karina Mancilla Montellano, subjefa de una división que incluye a 756 agentes, dice que los policías hombres no siempre la respetan, pero eso la motiva a ser más inteligentes que ellos.

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CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO — Todo lo que sucede en las avenidas principales de esta capital es transmitido, 24 horas al día, en unas pantallas de televisión en la oficina del sótano de un edificio de la Policía.

Blanca Denisse Vizuet Chávez es la policía que se sienta frente a esas pantallas, observando todo lo que sucede y atendiendo llamadas de emergencia. Ha sido policía por cuatro años.

“Yo soy quien envía el apoyo, a quién y a dónde”, dice.

Es probable que hace unos años fuera un hombre quien estuviera sentado en la silla de Vizuet. El número de mujeres en una de las fuerzas suplementarias de la Policía de la Ciudad de México se ha doblado hasta llegar a casi 1600, dice David Vázquez, el superintendente de la Policía Bancaria e Industrial de Ciudad de México, la división que provee seguridad pública y privada a negocios.

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Mar García, GPJ México

Blanca Denisse Vizuet Chávez ha tenido tres cargos diferentes en la Policía de la Ciudad de México. Ahora monitorea los videos de cámaras puestas por toda la ciudad y responde a llamadas de emergencia.

En diciembre de 2017 había unos 45.000 agentes en la división. Se les conoce localmente como “bancarios”.

Cada vez más y más de las compañías que usan los servicios de seguridad de la Policía están pidiendo policías mujeres, dice Vázquez. Los grandes almacenes muchas veces quieren mujeres para que lidien con ladrones, que suelen ser mujeres, dice.

“El personal femenil es más meticuloso para detectarlas”, dice Vázquez.

Las mujeres están tomando más trabajos en el ámbito policial, añade.

El número de mujeres en la Policía está creciendo lenta pero constantemente. En 2015 había unas 18.400 mujeres entre todos los sectores de la Policía de la Ciudad de México. Para cuando las cifras del censo de 2016 fueron publicadas, había unas 19.000 mujeres en la Policía.

En general, las mujeres en México tienen menos probabilidades que los hombres de tomar trabajos formales, lo que hace que el aumento de las mujeres en la Policía sea todavía más notable. Tan solo el 47 por ciento de las mujeres mexicanas son parte de la fuerza laboral formal, muy por debajo del promedio de los países de la OCDE de 67 por ciento, según datos de 2017 de la OCDE que midió la participación en la fuerza laboral de 36 países, incluyendo México. Chile y Colombia son los únicos otros dos países miembros de la OCDE de América Latina.

Las bancarias de Ciudad de México son algunas de las mujeres que están elevando ese promedio.

Rosaura Reyes Jacobo dice que trabajaba como guardia a la entrada de un gran almacén, donde vigilaba que no ocurrieran hurtos, ayudaba a niños perdidos y realizaba otras tareas de seguridad. Después de un año, fue ascendida a supervisar las cámaras de circuito cerrado de todos los almacenes de la cadena.

“Busco aprender de todo, aunque a veces me saturo y es complicado”, dice Reyes. “Pero me gusta”.

Los agentes de esta división no se ocupan de los grandes crímenes que tienden a dominar titulares en México, pero de todas maneras son considerados parte de la fuerza policial que no es vista con buenos ojos por muchos mexicanos. Una encuesta llevada a cabo en 2017 por el gobierno mexicano encontró que el 37 por ciento de los encuestados sentían “mucha” o “algo de” confianza por la Policía. Casi el 90 por ciento de los encuestados percibe que ciertas agencias de la Policía son corruptas.

Reyes dice que la percepción pública sobre los policías es la razón por la que, por cinco años, no le contó sobre su trabajo a su hijo más pequeño, que ahora tiene seis años.

“Le dije que me dedicaba a vender teléfonos celulares en una tienda departamental”, dice Reyes, quien ha estado en la Policía por ocho años. “Quise cuidar esa parte para evitar que le hicieran bullying”.

Karina Mancilla Montellano dice que entró a la división bancaria de la Ciudad de México hace 15 años porque quería servir, proteger y ayudar a la ciudadanía.

“Cuando yo entré había menos mujeres, pero hemos sobresalido más”, dice Mancilla. “En algunas cosas tenemos más habilidades, estamos en todo momento, sin importar el riesgo. Hay veces que hacemos las cosas con más facilidad que los hombres”.

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Mar García, GPJ México

Rosaura Reyes Jacobo ha trabajado por ocho años como "bancaria", una agente de policía en la Ciudad de México con la división que se ocupa de la seguridad pública y privada. Dice que le encanta su trabajo, pero que no le contó de su profesión a su hijo más pequeño porque los policías no siempre son vistos favorablemente en México.

Mancilla recuerda una vez en la que su seguridad estuvo en riesgo. Mientras perseguía a dos personas armadas, una de ellas la atacó y apretó su garganta, dice. Mancilla logró someterlo y ya lo tenía esposado cuando llegaron otros policías, dice.

“En esos momentos uno se olvida de la familia. Nos interesa la labor. Si no hubiera logrado la detención del sujeto, podría haber lastimado a más personas”, dice Mancilla.

Ahora, Mancilla es la subjefa del sector de policías procesales, donde custodia a los imputados que se mueven entre las cortes y las prisiones. Allí supervisa a 756 personas, tanto hombres como mujeres, dice.

Cuando otro policía la trata diferente a causa de su género, ella se enfoca en ser más inteligente que esa persona, dice.

“Es lo que más les molesta, porque no logran su objetivo de hacerme sentir mal por ser mujer”, dice Mancilla, “Muchos de ellos no aceptan que una mujer les dé órdenes”.

Pablo Medina Uribe, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.