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Tres mujeres transgénero comparten sus historias, en busca de reconocimiento legal

Se está llevando a cabo un movimiento para hacer de Chiapas el segundo estado de México en reconocer el derecho a la identidad de género. El grupo Unidos Diferentes ha representado a tres mujeres de Chiapas en su intento por ejercer su derecho a decidir su género, y registrarlo legalmente.

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Seeking Legal Recognition, Three Transgender Women Share Their Stories

Marissa Revilla, GPJ Mexico

Denisse Sánchez Domínguez, de 23 años, es una de tres mujeres transgénero a quienes representa Unidos Diferentes en su lucha por lograr reconocimiento legal como mujeres.

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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, MÉXICO — Desde 2014, las personas transgénero de la Ciudad de México han tenido la capacidad de cambiar sus géneros en sus actas de nacimiento y otros documentos oficiales de identidad, pero las personas aquí en Chiapas, el estado más meridional del país, siguen luchando por ese derecho legal.

El actor principal en esta lucha es Unidos Diferentes, un movimiento de quienes abogan por reformas constitucionales que garanticen leyes igualitarias para todos los ciudadanos.

Unidos Diferentes representa a tres mujeres de Chiapas en su intento por ejercer su derecho a decidir su género, y registrarlo legalmente. Esto establecería un precedente para la reforma del Código Civil, y haría de Chiapas el segundo estado en reconocer el derecho a la identidad de género.

“Tu identidad es lo que te define. Es la esencia del ser humano, lo que te hace ser”, dice Rocío de la Rosa, abogada de los tres casos. “Si tu psique no coincide con tu género, con lo que sientes, no vas a realizarte. ¿Para qué quieres seres humanos frustrados?”.

Los cambios formales de la identidad de género pronto podrían ser posibles a nivel nacional. En mayo, el Presidente Enrique Peña Nieto propuso una reforma al Código Civil Federal para asegurar que los estados tomen las medidas necesarias para que los documentos de identidad como actas de nacimiento, pasaportes o registros electorales reflejen la identidad de género que las personas definan por sí mismas.

Pero hasta que eso suceda, las y los defensores de las personas transgénero de Chiapas luchan por cambiar las leyes locales. En noviembre, dos solicitudes hechas al Registro Civil por mujeres transgénero quienes buscaban cambios formales de identidad de género fueron negadas en virtud de que Chiapas no contempla dichas solicitudes. Se espera una tercera solicitud este año.

Global Press Journal habló con las tres mujeres que trabajan con Unidos Diferentes para cambiar formalmente sus géneros en sus documentos oficiales de identidad.

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Marissa Revilla, GPJ Mexico

Denisse Sánchez Domínguez, de 23 años, dice que ser reconocida legalmente como mujer le abriría puertas para terminar sus estudios.

DENISSE SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ dice que, desde que tiene uso de razón, siempre se ha sentido niña, aunque su cuerpo, físicamente, era de varón.

“Veía el mundo diferente porque, según yo, era una niña”, dice.

Al principio, Sánchez Domínguez, de 23 años, decía que era gay. Pensó que así sería más fácil que la gente la aceptara que si les decía que es transgénero.

Pero empezó a vestirse de niña. Se dejó crecer las uñas y el cabello. Fue objeto de discriminación, dice, en la calle y en la escuela. Le han negado la entrada en restaurantes y bares, dice, y la gente la mira con desprecio.

Aun así, Sánchez Domínguez no vacila en decir exactamente quién es.

“Soy una mujer transgénero, no una mujer biológica. Pero eso no significa que me sienta menos mujer que una mujer biológica”, dice.

A pesar de su confianza, Sánchez Domínguez dejó la escuela porque no la dejaban vestirse como quería, y la llamaban por su nombre masculino. De poder cambiar su género legalmente, también podría terminar sus estudios, dice.

“Lo veo lógico porque mi físico tiene que ir de acuerdo a mi nombre, mi género y todo”, dice.

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Marissa Revilla, GPJ Mexico

Dafne Toledo Cruz, de 28 años de edad, ha reconocido abiertamente que es transgénero desde los 20 años.

DAFNE TOLEDO CRUZ empezó a vestirse de mujer cuando cumplió los 20 años.

“Dejé de comprarme ropa y cosas para mí, para comprarle a la chica que tenía dentro de mí”, Toledo Cruz dice.

Fue aproximadamente en ese mismo tiempo cuando le dijo a su familia que era transgénero, y que estaba recibiendo tratamiento hormonal y esperaba hacerse la cirugía de reasignación sexo-genérica.

Hoy, Toledo Cruz tiene 28 años y se considera una mujer, al igual que todo el que la conoce.

“Me siento bien siendo mujer. Amo ser mujer”, dice.

Pero, legalmente, aún aparece como del sexo masculino. Espera que Unidos Diferentes haga posible su cambio legal de género.

“Me informé muy bien, y hay que tener paciencia. Sabía que llevaría su tiempo”, dice. “Seríamos las pioneras”.

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Marissa Revilla, GPJ Mexico

Paulia Paulete Ramos Consuegra, de 25 años de edad, empezó a decirle a la gente que era del sexo femenino cuando tenía 6 años.

PAULIA PAULETE RAMOS CONSUEGRA, de 25 años de edad, recuerda cuando, a la edad de 6 años, le preguntaban si era niña o niño.

“Soy niña”, recuerda decirles. “Pero no sé qué pasó cuando nací. Hubo un accidente y nací niño, pero soy niña”.

A los 14 años, Ramos Consuegra empezó a hablar de ser transgénero. Fue como salir de una caja de cristal, dice.

“Mi papá no sabía qué era ser trans”, dice. “Mi madre se sorprendió cuando le dije que era una mujer. Le dije: ‘Mamá, déjame sacar esa mujer que llevo dentro’”.

Su familia la llevó a un endocrinólogo, quien dijo que si no recibía tratamiento hormonal, iba a terminar siendo gay.

Pero Ramos Consuegra dice que no importa tanto el tratamiento hormonal porque lo que importa no es el físico, sino el alma.

“Existe dentro de mí. Lo que falta es que la sociedad me reconozca como la mujer que soy”, dice.

El ser reconocida legalmente como mujer la ayudaría a seguir adelante con sus planes, dice Ramos Consuegra.

“Tengo muchos sueños que realizar aún. Si Dios me mandó así, fue por algo”, dice.

 

 

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