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A medida que baja el peso mexicano, la gente consume menos y lucha para que le alcance el dinero

El 11 de febrero, el peso mexicano tocó su valor más bajo en al menos 20 años y se cotizó apenas por sobre los 5 centavos de dólar –una baja del 20 por ciento respecto a un año antes. La caída del peso provoca que muchos mexicanos sientan el impacto y luchen por salir adelante.

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As Mexican Currency Value Drops, Residents Purchase Less and Struggle to Stretch Peso

Mayela Sánchez, GPJ Mexico

Una mujer lee los periódicos en la Ciudad de México, el 18 de febrero, un día después de que el gobierno mexicano y el banco central del país anunciaran recortes presupuestarios y un aumento en la tasa básica de interés para estabilizar el peso.

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CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – Teófilo Vásquez Hernández atrae a los clientes hacia su puesto de frutas aquí en el Mercado de La Merced, considerado uno de los más grandes mercados minoristas en la ciudad.

Según cuenta, la mayoría de sus productos es de origen mexicano, pero también vende manzanas y peras de Estados Unidos y uvas de Chile, entre otras frutas importadas.

A mediados de diciembre, Vásquez Hernández empezó a notar que los precios de la fruta importada estaban subiendo.

“Digamos que el precio de la caja (de manzanas) subió primero 20 pesos (1,14 dólares)”, dice. “Luego, subió otros 20 (1,14 dólares). Y luego otros 20 (1,14 dólares), y así cada tres o cuatro días”.

Una caja de manzanas que costaba 320 pesos mexicanos (18,18 dólares) en diciembre ahora cuesta 580 pesos (32,94 dólares), según señala. Los precios empezaron a estabilizarse a principios de marzo, pero nunca bajaron.

Yo espero que mejore. Yo creo que todos, es lo que quisiéramos. Pero aquí lo único que hacemos es ajustarnos. No hay de otra.

El 11 de febrero, el peso mexicano tocó su valor más bajo en al menos 20 años y se cotizó apenas por sobre los 5 centavos de dólar, según datos del Banco de México, el banco central del país. Esto representa una baja aproximada del 20 por ciento respecto a un año antes.

La volatilidad del peso se debe en parte a la caída internacional del precio del petróleo, según explica Violeta Mireya Rodríguez del Villar en entrevista telefónica. Rodríguez del Villar es investigadora del instituto de investigaciones económicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, ubicada en la Ciudad de México, capital del país.

La baja en la caída del precio del petróleo implica menos flujo de capitales hacia las economías emergentes, tal como añade la experta.

Las importaciones de bienes y servicios representan el 33,5 por ciento del producto interno bruto de México, según datos de 2014 del Banco Mundial. Las importaciones desde Estados Unidos representaron cerca de un 48 por ciento de las importaciones totales del país entre enero y junio de 2015, según el instituto nacional de estadísticas.

En febrero, el gobierno anunció nuevas medidas para aminorar el impacto de la volatilidad del peso, con un recorte de 132 mil millones de pesos en los gastos públicos, además de aumentar la tasa de interés de referencia a 3,75 por ciento.

El precio del dólar estadounidense bajó alrededor de un 5 por ciento en el mes posterior al anuncio. Aun así, la gente en la Ciudad de México dice que está luchando contra los efectos del impacto del dólar en sus economías.

Global Press Journal habló con tres personas que dependen de la importación de mercadería. Aquí están sus historias:

Baja en las ventas, despidos y riesgo de cierres

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Mayela Sánchez, GPJ Mexico

Enrique Coronel García es encargado de una tienda de equipos médicos. El 95 por ciento de sus productos son importados, con lo cual el impacto del aumento del dólar ha sido perjudicial para su negocio. La tienda corre el riesgo de ser cerrada.

Enrique Coronel García está preocupado. Este encargado de una tienda de equipos médicos, de 53 años, dice que el 95 por ciento de las vendas, gasas, algodón y los otros productos de la tienda son importados de otros países latinoamericanos y de Estados Unidos y se pagan en dólares.

Asegura que los precios aumentaron un 10 por ciento desde fines del año pasado, lo que equivale a un tercio del margen de ganancia de un mes.

Para poder enfrentar la situación, Coronel García dice que ha tenido que aumentar los precios de los productos hasta en un 20 por ciento. Eso ha reducido el promedio mensual de ventas de 700 mil pesos (39.764 dólares) a tan sólo 500 mil pesos (28.403 dólares).

Despidió además a dos de sus seis empleados en enero, para poder llegar a fin de mes. Aun así, si las cosas no mejoran, dice que habrá que cerrar la tienda.

Coronel García trabaja en esta tienda desde hace más de un año y medio. Cree que las posibilidades de encontrar otro trabajo, a su edad, son escasas.

“Si esto no se da, pues ni hablar”, dice. “Yo lo pienso ahorita, porque salir a la calle con 53 años a buscar trabajo, ya ni en el centro comercial (te contratan)”.

Aumento de precios afecta a vendedores y consumidores

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Mayela Sánchez, GPJ Mexico

Martín González, de 42 años, vende frutas y verduras en un mercado de la Ciudad de México. Varios de los productos que comercializa son importados, por lo cual ha aumentado su costo. González ha tenido que transferir esos costos a sus clientes, pero eso provocó una baja en su clientela.

Los aumentos de precios no son algo nuevo, según dice el comerciante Martín González, pero los aumentos de este año han sido casi insostenibles. Y no tiene esperanza alguna de que esto mejore pronto.

Los precios de las manzanas, uvas, duraznos, ciruelas y peras importadas de otros países latinoamericanos y de Estados han subido alrededor de 25 por ciento desde comienzos de año, según afirma.

Una caja de 18 kilos de manzanas importadas de Estados Unidos le costaba unos 500 pesos (28,40 dólares) el año pasado. Hoy, le cuesta 800 pesos (45,44 dólares). González transfirió parte de los costos a sus clientes, lo que llevó a un aumento del precio del kilo de manzanas de 30 pesos (1,70 dólares) a 40 pesos (2,27 dólares). Pero aun así, su margen de ganancia ya no es el mismo.

“Es demasiado para mí (el aumento) y finalmente para el consumidor final”, dice.

Y pasar a vender mercadería nacional no resultaría, porque los clientes quieren productos importados. González cuenta que los clientes le han dicho que piensan que los productos importados son de mejor calidad.

“Lo que vendo está dirigido a personas de clase media, oficinistas”, dice.

Y ahora, esos clientes que solían congregarse alrededor de su puesto están comprando menos.

González tiene una hija. Su esposa trabaja en un pequeño restaurante. La familia ha tenido que disminuir últimamente la cantidad de paseos familiares.

Pero él espera que finalmente el negocio mejore.

“La vida sigue”, dice. “Al principio es difícil, pero al rato otra vez se estabiliza”.

Frente al aumento de precios, las familias se ajustan

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Mayela Sánchez, GPJ Mexico

Guadalupe Rincón, de 52 años, dice que los precios de frutas, verduras y carne han aumentado desde enero. Ella y su familia no pueden consumir alimentos en la cantidad en que solían hacerlo.

Guadalupe Rincón dice que el aumento de precios le ha causado pesar.

“Antes llevaba más cosas (a casa) y ahora llevo el mínimo”, dice. “Ahora sí dices ‘Ya no me alcanza’”.

Rincón, de 52 años, trabaja en una oficina y suele comprar cebollas y carne, entre otros ingredientes, para preparar la cena para su familia. Pero dice que incluso estos productos básicos se han encarecido.

Ésta es sólo una de las formas en que la situación económica ha impactado en su familia. El esposo de Rincón importa electrodomésticos y productos electrónicos que vende en México, pero ese negocio está sufriendo la subida de precios, según dice.

Añade que su familia ha tenido que cambiar su estilo de vida.

“Yo no dejo de comprar, pero sí es menos”, dice.

Agrega que sólo queda ajustarse a los cambios y esperar que la situación mejore.

“Yo espero que mejore”, dice. “Yo creo que todos, es lo que quisiéramos. Pero aquí lo único que hacemos es ajustarnos. No hay de otra”, dice.

 

Ivonne Jeannot Laens, GPJ, adaptó este artículo de la versión en inglés.