TUXTLA GUTIÉRREZ, MÉXICO — Los dos hombres cuentan su historia juntos, completando cada cual la oración que el otro comienza.
Son pareja desde hace más de siete años. Uno de ellos es diseñador gráfico, el otro médico. Desde el momento en que se conocieron, supieron que querían hacer algo con esa relación y que querían conservarla por mucho tiempo.
“Nosotros hemos hecho un equipo de vida, de compañerismo”, dice R.V.G.
Él y su compañero, F.P.D., pidieron ser identificados sólo por sus iniciales para resguardar su privacidad.
Los dos hombres viven en Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas, el estado más meridional de México, donde no es legal el matrimonio civil de personas del mismo sexo. A pesar de eso, este año iniciaron un proceso para casarse.
Apoyados por la organización local Unidos Diferentes -un colectivo de organizaciones que defiende a la comunidad LGBT de México-, los dos hombres solicitaron primero un certificado de matrimonio en las oficinas del Registro Civil en Tuxtla Gutiérrez. Se les negó la solicitud porque eran una pareja del mismo sexo, según explican. La pareja pidió que se le diera una razón oficial para tal decisión, lo que también se le negó. Los hombres iniciaron finalmente un proceso de apelación que llevó más de tres meses.
El 25 de mayo, la apelación se resolvió a su favor. Ahora pueden casarse.
Y si se casan, serían el primer matrimonio de sexo masculino en la historia del estado. En diciembre, se casaron dos mujeres que consiguieron ese derecho tras el mismo proceso.
Este resultado podría ser la punta de lanza de un cambio en Chiapas y en todo el país. En mayo, Unidos Diferentes en colaboración con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, presentó una demanda contra el estado argumentando que la prohibición de casamiento entre personas del mismo sexo en Chiapas es inconstitucional.
La demanda apunta a cambiar los Artículos 144 y 145 del Código Civil estadual. El primero establece que el matrimonio sólo puede ser consumado entre personas que tienen la posibilidad de procrear. El segundo dice que sólo un hombre y una mujer pueden contraer matrimonio.
El cambio colocaría a Chiapas a la par de la Ciudad de México, que en 2009 se convirtió en el primer lugar a nivel nacional en legalizar el matrimonio del mismo sexo. Otros estados siguieron el ejemplo de la Ciudad de México, pero el matrimonio entre personas del mismo sexo es ilegal en la mayor parte del país.
El esfuerzo por legalizar el matrimonio igualitario en Chiapas comenzó luego de que la Suprema Corte determinara en junio de 2015 que es inconstitucional y discriminatorio negar el matrimonio a parejas del mismo sexo. Cerca de un año después, el 17 de mayo, el presidente Enrique Peña Nieto anunció una iniciativa de ley para modificar el Artículo 4 de la constitución, de modo tal de garantizar el derecho al matrimonio a toda persona mayor de 18 años, incluyendo parejas del mismo sexo.
Mientras tanto, más de 50 personas y organizaciones defensoras en Chiapas están promoviendo otra propuesta de reforma de los Artículos 144, 145 y 298 del Código Civil de Chiapas para permitir matrimonios del mismo sexo y garantizar que esas parejas tengan los mismos derechos que otros matrimonios.
Por lo pronto, Unidos Diferentes, una de las organizaciones involucradas, ha apoyado apelaciones que hicieron posibles dos matrimonios, aun cuando técnicamente no son legales en Chiapas.
El primer matrimonio, entre dos mujeres, tuvo lugar el 18 de diciembre. La apelación para el segundo matrimonio fue a favor de R.V.G. y F.P.D, que ahora ya pueden casarse, según explica Héctor Estrada Avelar, coordinador de la organización.
Una tercera pareja, dos mujeres que también fueron apoyadas por Unidos Diferentes, está esperando que las autoridades respondan con más detalles a su solicitud, que fue enviada en junio. Ellas aspiran a tener una licencia para celebrar un matrimonio civil.
Ricardo Acero Galindo, abogado de las parejas que han promovido los recursos de amparo para casarse, señala que esas parejas son las únicas beneficiaras de una eventual decisión a su favor. Esas decisiones no tienen efecto sobre otros. Acero Galindo también está colaborando en la demanda.
Pero no todos los activistas creen que cambiar las leyes vigentes para incluir a parejas del mismo sexo es la solución indicada.
Yolanda Castro, activista feminista en Chiapas que se identifica como lesbiana, considera que conseguir este cambio no garantiza igualdad de derechos para todos.
“Yo sigo cuestionando instituciones como el matrimonio”, dice. “Creo que es hacerle el juego al mismo sistema patriarcal, es volver a caer en la misma norma heterosexual”.
En su opinión, el matrimonio fortalece el patriarcado y refuerza la sociedad heteronormativa.
Pero F.P.D. y R.V.G, la pareja del mismo sexo que espera poder casarse legalmente pronto, ven ese derecho como clave para construir un hogar.
Los dos hombres dicen que no están interesados en aparecer en los medios como la primera pareja de hombres que se casa en Chiapas. Les interesa que otras personas sepan que ellos quieren casarse, pero añaden que no desean convertirse en la cara visible del movimiento. Simplemente quieren obtener lo que consideran derechos básicos, como la posibilidad de tener un seguro de salud o una cuenta bancaria compartidos.
“(Quiero) protegerlo (por) si en algún momento me pasa algo o (poder) compartir los beneficios también que nos permite el poder realizar un hogar”, dice F.P.D.
Ivonne Jeannot Laens, GPJ, adaptó este artículo de la versión en inglés.