SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, MÉXICO — No mucha gente tiene la paciencia para trabajar con lotes de frutas encurtidas que tardan un año en estar listas. Pero Rocío del Carmen Arellano Morales se siente orgullosa de la receta que toma 12 meses elaborar, y que le ha dado a su familia amplia fama durante décadas.
Ella ansiaba llevar sus reconocidos productos a la Muestra Gastronómica de San Cristóbal de las Casas 2020, un festival gastronómico local que forma parte de la Feria de la Primavera y de la Paz que se realiza todos los años en la ciudad. La feria estaba programada para la semana posterior a la Semana Santa cristiana, del 12 al 19 de abril, sin embargo fue cancelada.
Eso significa dificultades económicas para Arellano Morales y su familia, quienes planeaban ganar en un solo día de ventas de comidas y dulces tradicionales el dinero que normalmente obtendrían en un mes.
“Cuando inició la muestra gastronómica (en la feria) hace 35 años, comenzó mi abuela con mi mamá y mi hermano”, comenta Arellano Morales, quien es propietaria de Servicio de Banquetes Rocío, una empresa de servicio de alimentos en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el estado más sureño de México.
Pero cuando la Secretaría de Salud de Chiapas recomendó que se suspendieran los festivales y otros eventos masivos debido a la crisis sanitaria mundial de la enfermedad COVID-19, la feria se tuvo que cancelar, apenas por segunda vez en su historia de 152 años.
El gobierno federal también ordenó el cierre de las escuelas, el confinamiento en el hogar y la prohibición de reuniones públicas.
La temporada de Pascua, sobre todo las dos semanas antes y después del Domingo de Pascua, suele generar una entrada de dinero para los vendedores culinarios. No es solo que los residentes locales gastan más dinero en los platillos y antojos preparados especialmente, sino que además la región recibe una mayor cantidad de turistas extranjeros, lo que también incrementa los ingresos.
Más del 85% de las cancelaciones por parte de grupos turísticos para la Semana Santa provinieron de Italia, Francia y España, algunos de los países más afectados por la pandemia del coronavirus, dice Maricela Flores Velasco, presidenta de la Asociación de Agencias de Viajes y Transportadoras Turísticas de San Cristóbal de las Casas.
Miguel Ángel Muñoz Luna, historiador especializado en San Cristóbal de las Casas, explica que, para muchas familias cristianas, la Semana Santa es el acontecimiento más importante del año, mientras los turistas celebran el Jueves Santo, la visita a las siete iglesias, la misa del Sábado de Gloria y la quema de una efigie de Judas Iscariote.
En los días previos al Domingo de Pascua, la diócesis de San Cristóbal de las Casas publicó en las redes sociales un aviso urgente en el que pedía a los fieles que evitaran las reuniones grandes y que, en su lugar, escucharan las transmisiones de la Semana Santa a través de las redes sociales y de Radio Tepeyac, su emisora de radio local.
Antonia de Jesús Ballinas García se gana la vida elaborando pan y dulces populares de la región. Desde hace 15 años vende sus manjares en el festival. Dice que es una fuente de ingresos importante para ella.
“Preparo cinco veces más de lo que preparo comúnmente. La venta es buena, es venta de un solo día”, comenta Ballinas García.
Sin las ventas del festival, Ballinas García dice que su presupuesto está muy comprometido. Tiene que pensar qué hacer con la materia prima que compró con anticipación. Con la cancelación del festival y pocos clientes en su tienda, también tiene que tomar decisiones difíciles respecto a sus empleados. Su dilema además afecta a los proveedores con los que trabaja normalmente durante los días festivos.
“Contrato dos personas más y al no contratarlas no les genero la entrada económica, así como a los proveedores que me traen la fruta de otros municipios”, detalla Ballinas García.
Raúl del Carmen Oropeza Trujillo, quien ha sido proveedor de alimentos desde hace 35 años, dice que los clientes están gastando con más moderación, ya que no se vislumbra el fin de la pandemia mundial.
En su hogar y en eventos locales, él vende platillos como tamales y pavos prensados, un plato que es tradicional en la región.
Oropeza Trujillo dice que sigue vendiendo platillos, pero en menor cantidad porque la gente está ahorrando su dinero. Ahora solo prepara la mitad de las porciones que haría normalmente.
Fue doloroso ver cómo sus preparativos para la Semana Santa se derrumbaron.
“En mi caso, los lechones, los pavos, la manteca, se tiene que apartar con 50%. Ya había encargado mis platos de barro para la (tradicional) sopa de pan. Ya no lo recuperé, me lo harán válido para el siguiente año”, dice Oropeza Trujillo.
Al igual que Oropeza Trujillo y los demás, las autoridades turísticas luchan por recuperarse.
“Estamos analizando qué medidas tomar para que los visitantes quieran venir después de este proceso”, dice Claudia Patricia Sancho Aguilar, coordinadora de la Comisión de Industria, Comercio, Turismo y Artesanías del ayuntamiento de San Cristóbal de las Casas. “En específico en San Cristóbal de las Casas, mucha gente vive del turismo”.
Aída Carrazco, GPJ, tradujo este artículo al español.