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Enfrentados a una dura competencia china, los artesanos mexicanos responden con innovación

En México, las artesanías y las alternativas hechas en China pueden parecer casi indistinguibles, así que los compradores se llevan las opciones más baratas. Para competir, los artesanos mexicanos están experimentando con nuevos formatos y transformando las formas tradicionales de arte en el proceso.

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Facing Stiff Competition From China, Mexican Handcrafters Respond With Innovation

Mar García, GPJ México

Adriana García Martínez ha estado haciendo artesanías usando un método artesanal tradicional mexicano llamado cartonería por los últimos 18 años. Su taller en el área metropolitana de la Ciudad de México, la capital de México, está lleno de artesanías y artículos coleccionables coloridos.

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CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO – Adriana García Martínez forma un torso, unos brazos y unas piernas con un pedazo de alambre entre sus manos. Minutos después, aparta la silueta de metal y comienza a esparcir una mezcla gruesa de agua y harina de trigo sobre los papeles que están encima de su mesa manchada de pintura.

Usando un método conocido como cartonería, que los artesanos locales usan para fabricar juguetes, máscaras, piñatas y artículos decorativos, esta artesana de 39 años trabaja en su más reciente escultura en su taller en el área metropolitana de la Ciudad de México, la capital de México. García Martínez bautiza a su escultura como “Alma de alambre”.

El papel y las masas hechas en casa son comunes en la cartonería, pero García dice que usa otros artículos artesanales para hacer que su trabajo se destaque.

“No existe una técnica estricta”, dice. “Se pueden utilizar moldes de barro, plastilina o yeso”.

El sector artístico de México se está volviendo cada vez más competitivo, en parte debido al creciente número de artesanías y artículos decorativos importados desde China. Estas importaciones son similares a las artesanías hechas en México, pero son de menor calidad, según dicen los expertos. Algunos artistas locales están desarrollando técnicas e iniciativas para distinguir su trabajo y crear consciencia sobre las artesanías tradicionales.

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Mar García, GPJ México

Óscar Becerra, un artesano local, y Rubén Castillo, otro artesano, sueldan alambres para crear una gran estructura en forma de tiburón en un taller de la Ciudad de México, la capital de México.

Las relaciones diplomáticas entre China y México existen hace más de 45 años. Los lazos económicos han evolucionado desde entonces, con el incremento del volumen de comercio y con empresas mexicanas invirtiendo en China, entre otros desarrollos. México es el quinto destino más grande para la inversión china en América Latina, según un artículo académico publicado por The Brookings Institution. Pero la creciente relación también ha traído retos.

Por varios años, las artesanías y el arte folclórico han sido una fuente de sustento para muchos mexicanos, según dice Roberto Shimizu, fundador del Museo del Juguete Antiguo México, un museo con la colección de juguetes más grande del mundo. Pero la producción industrial causó un declive en las artesanías durante el siglo XX, dice Shimizu. Las importaciones chinas, producidas en masa, también contribuyen al declive.

En 2012, el 35 por ciento de los productos de la industria de juguetes de México era fabricado localmente, mientras que una mayoría del otro 65 por ciento eran productos de China. A pesar de estar hechos con materiales de bajo precio, como plástico y resina, y de ser vendidos a menores precios, los juguetes y los artículos decorativos hechos en China se parecen a aquellos creados por los artesanos locales, dice Walther Boelsterly Urrutia, director del Museo de Arte Popular, un museo en Ciudad de México. Los visitantes usualmente no pueden diferenciar las réplicas chinas de los productos hechos localmente, así que se van por la opción más barata, dice Boelsterly. Los muñecos hechos localmente pueden costar hasta 170 pesos (9,40 dólares), mientras que los muñecos chinos y otros artículos de colección cuestan unos 10 pesos (55 centavos de dólar).

“A veces [la gente] no sabe el trabajo y la tradición que existe detrás de las piezas de cartonería y artesanía, por eso les parecen caras”, dice Óscar Becerra, de 39 años, quien ha hecho artesanías desde que tenía 22.

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Mar García, GPJ México

Las artesanías chinas y mexicanas suelen ser vendidas una al lado de la otra en los mercados. Un ataúd de cartón hecho a máquina en China (a la derecha) cuesta menos que un ataúd mexicano hecho de cartón y otros materiales (a la izquierda).

Para hacerle frente a la competencia y preservar la cultura y la historia de las artesanías y los juguetes mexicanos, los artistas han creado exhibiciones y clases itinerantes.

El Museo de Arte Popular organiza un desfile anual en la capital durante el cual los artistas de todo el país pueden mostrar su trabajo. El desfile, que está en su duodécimo año, tradicionalmente cuenta con alebrijes, figuras gigantes hechas de papel maché con la combinación de varias características animales.

“Vas a los orígenes del oficio, lo tratas de promover pero al mismo tiempo de transformar y de innovar”, dice Boelsterly sobre su trabajo apoyando a artistas locales. “[Es importante] seguir transformándose, por un lado, y por otro lado, ganar adeptos a nivel internacional”.

Shimizu, quien organizó la primera exhibición de cartonería del museo, dice que balancear las técnicas tradicionales y modernas les ayuda a los artistas a competir. Enseñarles a las personas sobre la cultura detrás del arte también ayuda, añade.

“Si no se buscan temas más actuales, si no mejoran la calidad manual y si no estudian y experimentan, no le veo que puedan salir adelante”, dice Shimizu.

La exhibición comenzó en diciembre y terminó en enero. El costo era de 75 pesos (4 dólares) para el público general y de 50 pesos (2,50 dólares) para estudiantes y adultos mayores. Los estudiantes eran uno de los grupos que más visitaban la exhibición, dice Shimizu.

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Mar García, GPJ México

Óscar Becerra esparce una mezcla de harina y agua sobre pedazos de papel. Becerra dice que humedecer los papeles los vuelve maleables y les ayuda a pegarse a la estructura de alambres que usa en sus artesanías.

Ahora, la cartonería está llegando a una audiencia internacional. Sergio Yony Reyes es conocido por incorporar técnicas únicas, como luces brillantes, en sus artesanías. El artista de 46 años exporta parte de su trabajo y dice que recientemente organizó talleres y exhibiciones fuera de México.

“Realizamos una piñata de cartonería y me invitaron a dar talleres de cartonería en el Museo de Arte en Denver en Estados Unidos”, dice Reyes. “[Los extranjeros] tienen una visión diferente de nuestros productos, aprecian más el arte popular, lo ven con otros ojos”.

Mientras que las importaciones baratas han creado competencia, los artistas locales ahora tienen un incentivo para expandir su negocio, dice Boelsterly.

La innovación está creciendo entre los artesanos de la cartonería, añade García.

“Nosotros no rescatamos la tradición porque en sí no ha muerto, sigue viva”, dice. “Sigue ahí y somos mucha gente”.

Pablo Medina Uribe, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.