Argentina

Policía de Buenos Aires implementa nuevos mapas del delito en tiempo real, pero los habitantes notan que la criminalidad va en aumento

Desde el año pasado, la fuerza policial de Buenos Aires utiliza mapas del delito en tiempo real para movilizar a los policías y planificar su estrategia, y se ha registrado un descenso en las estadísticas de criminalidad. Pero algunos habitantes de la ciudad dicen que ven menos policías y los delincuentes se aprovechan de ello.

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Buenos Aires Police Using New, Real-Time Crime Maps, but Locals See Crime Worsening

Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

La policía de Buenos Aires utiliza un mapa del delito en tiempo real para mejorar sus labores. Cada pantalla muestra información específica, como los barrios de altas tasas de criminalidad y los recorridos de la policía.

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BUENOS AIRES, ARGENTINA — Un mapa muestra los recorridos de la policía en la pantalla de un televisor en la pared. A su lado, otro monitor muestra las recientes estadísticas de criminalidad. Una tercera pantalla parpadea para indicar el recibo de llamadas de emergencia y mensajes de texto.

Un vistazo al interior de esta atareada comisaría de Buenos Aires muestra cómo ha evolucionado el enfoque que utiliza el cuerpo policial para prevenir, responder y esclarecer crímenes en la capital. Desde 2017, la Policía de la Ciudad de Buenos Aires utiliza este collage de pantallas para mejorar sus labores.

Aníbal Falivene, subsecretario de seguridad operativa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, explica que cada visualización de datos es parte de un mapa del delito en tiempo real. Su oficina se encarga de diseñar estrategias para la prevención del crimen. Implementar esta herramienta tecnológica, creada por el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, tiene muchos beneficios, dice.

“Esto te da información objetiva para distribuir los recursos, planificar una estrategia en el terreno, verificar que se cumpla y evitar una administración incorrecta o fraudulenta de los recursos – algo de lo que frecuentemente a los policías se les ha acusado”, dice mientras hace zoom sobre un punto en el mapa.

Desde su lanzamiento, según las autoridades, el mapa ha permitido que la fuerza policial pueda asignar más policías a las zonas de mayor criminalidad. Aunque los policías se sienten más preparados para realizar su trabajo, los habitantes de algunas partes de la capital dicen que no han notado mayor presencia policial y están sufriendo las consecuencias — la criminalidad está en aumento.

Falivene dice que hay dos versiones del mapa del delito — una para uso interno y otra que los habitantes pueden utilizar online. La primera se actualiza en tiempo real, y la segunda solo se actualiza cada seis meses.

Entre 2016 y 2017, el número de homicidios y robos disminuyó un 2,72 por ciento y un 4,11 por ciento, respectivamente, según información del gobierno de la ciudad. A pesar del descenso de estos delitos, la ciudad de Buenos Aires sigue teniendo la tasa de robos más alta de todo el país.

A partir de la información que se ha recopilado del mapa, las autoridades locales implementaron en julio un programa de seguridad pública cuyo objetivo es aumentar el número de policías en la calle y acortar las distancias entre los habitantes y las comisarías.

“Actualmente trabajan 25.000 personas en la fuerza – 13.000 están en la calle con uniforme”, dice Falivene, añadiendo que la fuerza espera sumar 2.000 policías cada año.

Según Marcelo D’Alessandro, secretario de seguridad de la fuerza policial de la ciudad, el mapa es la clave para lograr esa meta.

Desde un punto de vista económico, este programa promueve la transparencia y la responsabilidad, dice. Al identificar las zonas de la ciudad donde se necesitan más policías, la fuerza policial puede utilizar sus recursos y personal de manera más eficaz mientras analiza cuáles son los métodos más efectivos para prevenir ciertos delitos.

“A veces hay medidas con iguales resultados que tienen diferente impacto presupuestario”, dice Falivene. “El objetivo es gastar menos dando el mismo nivel de servicio”.

Pero los habitantes de la ciudad cuestionan esa idea. Alejandra Sánchez, empleada de una ferretería en Caballito, un barrio de Buenos Aires, dice que trabajar en esa área se vuelve cada vez más peligroso. Caballito fue el segundo barrio con más robos violentos en diciembre de 2017, según el mapa del delito.

Desde que comenzaron los robos, Sánchez esconde su celular.

“La semana pasada vi cómo le robaban el celular a un chico acá en la puerta del local. Yo ya no uso el celular en el colectivo”, explica Sánchez. “Si veo que me llaman, lo dejo sonar y recién cuando llego a mi casa me fijo quién me llamó”.

Ana Laura Da Silva Olivera, quien trabaja en una tienda de ropa cercana y ha utilizado el mapa del delito, dice que hay pocos policías en Caballito.

“Hace dos años teníamos un policía en la cuadra. Ahora no, y hace un par de meses vivimos varios robos en la cuadra”, dice Da Silva Olivera, quien a principios de año fue víctima de un asalto a mano armada. Para estar segura, dice, deja la puerta de su tienda cerrada con llave gran parte del día.

Mientras que la fuerza policial dirige su atención y recursos a las partes de la ciudad que tienen altas tasas de criminalidad, el número de policías en Caballito, un barrio que, según Da Silva Olivera, alguna vez fue seguro, disminuye rápidamente.

La presencia policial es más notable en Microcentro, donde se encuentran la mayoría de los edificios gubernamentales y atracciones turísticas, dice Da Silva Olivera.

“El resto de la ciudad también existe”, añade.

Falivene destaca que, si bien la fuerza no cuenta con los medios para poner un policía en cada esquina, enfocarse en áreas específicas le permite tener recursos disponibles para prevenir el crimen en otras partes de la ciudad.

Terry Aguayo, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.