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Compañías mineras seducen con donaciones a población de zonas rurales de México para ganar su apoyo

Las compañías mineras que buscan perforar en zonas rurales de México seducen a los pobladores con donaciones para conseguir apoyo a sus proyectos. Las donaciones incluyen campos deportivos, equipamiento médico, programas de verano para niños y hasta latas de pintura.

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Mining Companies Court Residents in Rural Mexican Towns with Gifts to Garner Support

Mar García, GPJ Mexico

Muchos residentes de Ixtacamaxtitlán, un municipio en el estado de Puebla, se oponen a las actividades mineras en el área. Filemón Carmona Cruz dice que las empresas tratan de ganar el apoyo de la gente con donaciones y programas infantiles.

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SANTA MARÍA ZOTOLTEPEC, MÉXICO — Muchos edificios e Iglesias de este poblado en el estado de Puebla, centro de México, están pintados de amarillo y naranja.

Estos son los colores de la pintura que Almaden Minerals -la empresa que lleva adelante el proyecto Ixtaca para extraer oro y plata en Santa María Zotoltepec- donó a la población local para conseguir su apoyo. El edificio de la compañía está pintado en los mismos tonos.

Cuando una empresa minera quiere hacer excavaciones en el área, hace todo lo posible para ganar el apoyo de la población local, incluyendo dar donaciones y organizar programas infantiles, dice Filemón Carmona Cruz, a quien su comunidad le asignó la tarea de supervisar proyectos y administrar las finanzas locales.

“Nos ofrecían pintura y cancha (de fútbol) a cambio de que nosotros accediéramos a los permisos”, dice.

Pero la comunidad le dejó en claro a Almaden Minerals -la cual durante los últimos 15 años ha estado haciendo investigaciones geológicas en la zona para determinar el potencial extractivo-, que su apoyo no podía ser comprado y que creía que el gobierno no debería otorgar permiso a una empresa minera para que excave en tierras privadas, dice Carmona.

Es común que las empresas mineras ofrecen una y otra vez donaciones a las comunidades, según explica Silvia Villaseñor, miembro del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario, que apoya a la población en la defensa de su territorio, como en Ixtacamaxtitlán, el municipio donde se encuentra Santa María Zotoltepec.

“(Sí la empresa compra) un aparato de ultrasonido para un centro de salud, tiene entonces bastante influencia sobre los médicos y enfermeras, quienes se convierten en promotores (de la compañía minera”), ejemplifica Villaseñor.

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Mar García, GPJ Mexico

In Ixtacamaxtitlán, opposition to the mining company can be seen on buildings, such as this one that says, “In Santa María, yes, there are people against the mine.”

La directora de Responsabilidad Social y Atención a la Comunidad de Almaden Minerals para el proyecto minero, Rosario Uzcanga Vergara, asegura que la mayor parte de la población local apoya la iniciativa.

“Es más gente de fuera la que se opone”, dice. “Nosotros somos respetuosos, sabemos que cada quien tiene derecho a tener la posición que guste”.

Pero Carmona asegura que la realidad es otra.

En su opinión, si la empresa minera empieza a excavar, habrá mucha tensión y puede haber violencia. La gente va a defender su tierra, asegura.

Los residentes de Santa María Zotoltepec no son los únicos que fueron seducidos por compañías mineras.

En la comunidad de Xochipala, en el sureño estado de Guerrero, la empresa canadiense Goldcorp prometió en 2006 donar materiales de construcción para una escuela y una biblioteca a cambio del consentimiento de la comunidad a las excavaciones, según un informe de 2009 publicado conjuntamente por los institutos académicos mexicanos Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) y Escuela Nacional de Antropología e Historia.

La misma empresa inició programas de becas laborales y financiamiento de automóviles en Carrizalillo, otra ciudad de Guerrero, a cambio de continuar con un proyecto minero.

En algunos casos, las donaciones generan disenso en las comunidades, especialmente cuando no se cumple con todo lo prometido.

En 2003 y 2009, Almaden Minerals obtuvo dos concesiones del gobierno mexicano para excavar en busca de oro y plata en 14.229,55 hectáreas de la Sierra Norte, un conjunto montañoso que abarca 68 municipios del estado.

Desde entonces, la comunidad está dividida entre las familias que aprueban la actividad minera y las que se oponen.

Según la página web de Almaden Minerals, la empresa ha contribuido en proyectos de mejora y construcción en la comunidad, incluyendo obras en una escuela, baños públicos, un centro comunitario, una iglesia y un hospital.

Pero los residentes de Ixtacamaxtitlán aseguran que la empresa sólo aportó la mitad de los costos de construcción de un cuarto de reuniones en la escuela primaria y de un centro de salud.

G.M., habitante de Santa María Zotoltepec, dice que la empresa donó un aparato de ultrasonido para un centro de salud.

G.M., quien pidió que se usara sólo sus iniciales por temor a represalias, pertenece a un programa gubernamental de apoyo médico, educativo y alimenticio. El centro de enfermeras la obligó a ella y a otras pacientes a asistir a un evento para agradecer a la empresa, según cuenta. Si no lo hacía, podía verse amenazado su lugar en el programa.

“Si no hacemos lo que dicen (las enfermeras), nos ponen falta y a la tercera falta nos dan de baja”, asegura G.M.

La empresa organiza talleres de lectura y cursos de verano, pero Régulo Muñoz Leal, residente del poblado, dice que estas actividades son usadas para convencer a los niños de que los proyectos mineros ayudan a la comunidad y no dañan el medio ambiente.

Muñoz, de 45 años, cuenta que no le permite a su hijo asistir al taller de lectura, a pesar de su insistencia, porque sospecha del verdadero objetivo de la actividad.

“Les dan una pequeña plática y luego les compran chucherías, entonces a los niños los tienen ilusionados”, dice.

Tener una empresa minera en la zona trae al menos un beneficio, según opina Antonio López, de 75 años, residente de Ixtacamaxtitlán. Un campesino gana 500 pesos mexicanos (25,27 dólares) por semana haciendo trabajo duro, pero un minero puede ganar el doble, según señala. Aun así, López ve con recelo los esfuerzos de difusión de la empresa.

Su negocio, una papelería, está pintado con los colores amarillo y naranja provistos por la empresa minera. En frente, hay un terreno donde Almaden Minerals organiza eventos deportivos. La empresa publicita estos eventos como actividades para los niños, pero López cree que se trata sólo de un intento más por ganar el apoyo de la gente.

“Para que nosotros también ablandemos el corazón y digamos: ‘Son buenas gentes’”, asegura. “Pero atrás de eso, ellos van a ganar mucho”.

 

Ivonne Jeannot Laens, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.

 

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