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Activistas en Ciudad de México denuncian que prohibición a venta de revista en el metro ataca la libertad de expresión

Ante la prohibición de vender una revista en el metro de la Ciudad de México, activistas luchan por lo que consideran es su derecho a la libre expresión. Una orden judicial les garantizó en septiembre la posibilidad de seguir distribuyéndola, en tanto no les reporte beneficios económicos. Expertos consideran que lo ocurrido podría sentar precedentes para otros casos de libertad de expresión en México.

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Mexico City Activists Say Ban on Magazine Sale In Metro Is Attack on Free Speech

Mayela Sánchez, GPJ México

David Uribe Mosqueda, de 27 años, distribuye la revista El Salto en un vagón del metro de la Ciudad de México. El grupo de Uribe Mosqueda consiguió una medida cautelar que le permite distribuir la revista en los vagones, a pesar de una prohibición general de venta ambulante en el metro.

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CIUDAD DE MÉXICO — Tan pronto como se abren las puertas del metro, David Uribe Mosqueda sale del vagón y por el andén entra rápido al siguiente, sabiendo que tiene sólo unos segundos para hacerlo. Se ubica justo en el centro, para que los pasajeros lo vean y escuchen mejor. Con una copia en mano del más reciente número de la revista El Salto, comienza el discurso que repite en cada vagón.

Uribe Mosqueda, de 27 años, es el coordinador de difusión de Despertando a México, la organización que publica El Salto. Él y otros 24 miembros del grupo, situado en la Ciudad de México, se hacen llamar brigadistas, porque comparten un objetivo en común. Pasan sus días en algunas de las 12 líneas del metro de la capital mexicana hablando sobre temas de actualidad. Cuando algún pasajero les pide la revista, se la venden.

El Salto se publica desde marzo de 2011. Despertando a México la ha distribuido siempre en el sistema de transporte público de la ciudad, particularmente el metro, según señalan miembros de la organización.

Una regulación aprobada en 2003 para el Distrito Federal prohíbe el comercio ambulante en las estaciones y zonas de acceso al metro. Esa regulación fue la que se aplicó cuando, en agosto, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal lanzó el operativo Cero Tolerancia para evitar la venta ambulante en el metro.

En el marco de este operativo, dos fuerzas de seguridad locales tienen la autoridad de arrestar y detener a personas hasta por 36 horas, o los infractores podrían enfrentar multas de 600 pesos (36 dólares) promedio, según un comunicado de prensa de las autoridades de tránsito del 17 de agosto. En el primer día del operativo, éste reportó 382 arrestos de vendedores ambulantes. El número de infractores bajó en un 90 por ciento el tercer día del operativo, según el comunicado.

Los brigadistas dicen que miembros de sus filas se contaron entre los arrestados en las semanas posteriores al lanzamiento del operativo.

El impacto que tenemos es mucho mayor, porque en cada vagón dejamos dos o tres revistas, pero nos oyen cien personas

Abigail Díaz, enlace de prensa de la Secretaría de Seguridad Pública, no respondió a las solicitudes de entrevista.

Pero los brigadistas consideran que tal prohibición no debería aplicárseles. Dicen que ellos no están vendiendo mercadería y que están ejerciendo la libertad de expresión. Por este motivo, presentaron un recurso judicial y consiguieron una suspensión provisional de las medidas, con lo que quedaron habilitados a presentar las noticias de El Salto en los vagones, en tanto no obtengan beneficios económicos con la revista.

Antes del operativo, los ejemplares de El Salto se vendían a 10 pesos (0,60 dólares). Los brigadistas afirman que no obtienen ganancias con la venta de la revista, por lo cual siguen cobrando lo mismo. Y agregan que el dinero se usa para cubrir los costos de producción y mantener la organización.

La suspensión de la prohibición que afecta a Despertando a México podría sentar un precedente, no sólo para otros medios de comunicación, sino también para cualquier persona que quiera expresar sus ideas en medios de transporte públicos, según expertos en libertad de expresión.

Información publicada por la Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito Federal indica que había más de 2.600 comerciantes ambulantes en las instalaciones del metro en marzo de 2014.

Entre el primer día del operativo, el 17 de de agosto, y el 29 de septiembre, fueron detenidos más de 2.500 vendedores ambulantes y presentados ante un juez cívico, según la Secretaría de Seguridad Pública. El comunicado de prensa no aclara si el número incluye reincidentes.

El Salto es una publicación independiente, apartidaria, que difunde noticias locales y nacionales sobre temas que incluyen política, economía y sociedad, según indicaron miembros de Despertando a México. Las fuentes añadieron que el objetivo de la revista es distribuir información y promover el pensamiento crítico.

José Guillermo Soto García, director general de Despertando a México y director de contenidos de El Salto, dice que distribuir la revista en el transporte público es la estrategia más efectiva para comunicarle a la gente lo que ocurre en el país.

Y aclara que la organización sólo distribuye la revista en el transporte público, incluyendo microbuses y trenes ligeros, además del metro. Los brigadistas explican a los pasajeros el contenido de la revista y luego la ofrecen como forma de informarse más. La revista tiene una tirada de 25.000 copias por edición bimensual, según datos publicados en el número de octubre-noviembre.

“Nosotros no somos vendedores”, dice Soto García. “Nosotros difundimos las ideas, divulgamos y compartimos la información”.

Si alguien quiere la revista pero no tiene el dinero para pagarla, el brigadista se la da de todas formas, según aclara Soto García.

Pero la prohibición de cobrar por la revista es, para algunos, una forma de censura.

“Si no cobraran, no estarían en posibilidades económicas de publicar la revista. Por lo tanto, se les estaría restringiendo su derecho a la libertad de expresión”, dice Luis Eduardo Knapp Moreno, abogado de Article 19 México, una organización civil que promueve el derecho a la libertad de expresión.

En su opinión, el caso de El Salto podría sentar un precedente importante para cualquier persona que quiera expresar sus ideas en un medio de transporte público. Knapp Moreno no está involucrado legalmente en el caso.

Los brigadistas dicen que siguen enfrentando problemas a pesar de la resolución judicial. Según cuentan, llevan consigo copias de la suspensión, porque los efectivos de seguridad no siempre saben que tienen permitido distribuir la revista en el metro.

Ni Jorge Gaviño Ambriz, director general de este sistema de transporte, ni Diana Irene Fernández Pliego, jefe de la unidad administrativa del mismo, accedieron a hacer declaraciones sobre el tema.

Clementina López, de 60 años, compró un ejemplar de la revista a Uribe Mosqueda a comienzos de noviembre. Cuenta que, cuando lo escuchó hablar sobre el contenido de la publicación, le interesó saber más sobre el sistema de salud.

López dice que días antes de encontrar a Uribe Mosqueda, ya había escuchado a otro brigadista de la organización en un vagón del metro.

“Pero los policías lo bajaron”, dice. “Entonces ya no pudimos concluir qué era lo que decía”.

López dice que los vendedores que no molestan ni dañan a nadie deberían tener permitido vender sus productos en el metro.

“¿Por qué a los ambulantes que sí nos dañan más con la música, con los gritos, no les hacen eso?”, dice, refiriéndose al ruido que provocan los vendedores de discos para promocionar su mercancía.

La suspensión provisional en el caso de Despertando a México se mantiene efectiva hasta que los jueces determinen si otorgarán una suspensión permanente. No está claro cuándo se tomará la decisión.

Roberto Josafat Campos Estrada, coordinador de comunicación de Despertando a México, dice que el plan de la organización es simplemente esperar y continuar abordando los vagones del metro.

“El impacto que tenemos es mucho mayor, porque en cada vagón dejamos dos o tres revistas, pero nos oyen cien personas”, dice Soto García.

Ivonne Jeannot Laens, GPJ, adaptó este artículo de la versión en inglés.