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Defensores instan a la Ciudad de México a que les facilite aún más a los menores el cambio legal de género

Funcionarios de la capital acordaron en 2015 hacer más económico y sencillo el trámite para que las personas soliciten un cambio de género formal en sus documentos legales de identidad, pero el cambio excluyó a aquellas personas menores de 18 años, quienes deben seguir sometiéndose a un proceso judicial. Sus defensores cabildean para lograr cambios en el nuevo proyecto de constitución de la Cuidad de México que les daría a los menores el derecho a solicitar cambios de género y nombre mediante un trámite administrativo en lugar de un proceso judicial.

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Advocates Urge Mexico City to Further Ease Way for Minors to Make Legal Gender Change

Mar García, GPJ Mexico

J.C., de 11 años de edad, sentado con su madre, R.R. Al niño transgénero se le otorgó el cambio legal de género en sus documentos de identidad luego de someterse a un juicio formal. En 2015, la Ciudad de México aprobó un cambio que hizo más económico y sencillo el trámite para que las personas cambien su género legalmente en documentos oficiales, pero los niños deben seguir sometiéndose a un proceso judicial completo.

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CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO — Un niño se encuentra sentado, al extremo de la mesa, rodeado de cuatro adultos con un micrófono. La cámara que graba el acontecimiento solo muestra la parte trasera de la cabeza del niño de 9 años mientras responde preguntas durante el juicio de nueve horas que se realizó luego de que este solicitara un cambio formal de nombre y género en su acta de nacimiento.

“Me sentía rechazado por la gente”, dice J.C., quien ahora tiene 11 años.

Su madre, R.R., le cuenta al panel que desde pequeño, J.C. se conducía como se hubiera esperado de un niño, no de una niña. Prefería los coches en lugar de muñecas, dice, y le gustaban los pijamas de superhéroes. No quería usar lazos.

“Al principio pensé que mi hija era lesbiana”, comenta R.R., quien pidió que se utilizaran sus iniciales y las de su hijo para evitar discriminación.

Pero R.R. consultó con tres sexólogos distintos, y los tres le dijeron que su hijo era transgénero. Comenzó a buscar información del tema y llegó a Transfamilias, una organización sin fines de lucro que les ofrece ayuda a las personas transgénero y transexuales. En Transfamilias, dice, encontró apoyo moral y legal para el juicio.

En 2008, las reformas al Código Civil de la Ciudad de México les otorgaron a las personas la posibilidad de solicitar, ante un tribunal, que se corrija el nombre y género que aparecen en su acta de nacimiento. Hasta el 31 de agosto, se habían registrado 1,566 cambios, pero no a todos se les requería el mismo proceso.

Al principio, tenían que presentarse dos dictámenes realizados por psicólogos, médicos o expertos en materia de reasignación sexo-genérica, entre ellos uno que estuviera a cargo de aprobar el proceso de reasignación sexo-genérica, en nombre de la persona que solicitaba el cambio.

Pero los juicios son costosos, y en marzo de 2015, el trámite de obtener un cambio de nombre y género pasó de ser un proceso judicial a uno administrativo, dice Alehlí Ordóñez Rodríguez, quién les brindó apoyo legal a las organizaciones que impulsaron el cambio.

Los defensores del cambio no plantearon la edad mínima para el nuevo trámite, por lo que los legisladores la establecieron a los 18, la mayoría de edad legal en México. Sigue siendo necesario que los menores de edad vayan a juicio, lo que incluye un interrogatorio por parte de un juez y otros. En total, siete niños han sido aprobados para un cambio formal de género mediante el proceso judicial. Los funcionarios del gobierno dicen que, durante el proceso judicial, se les ha negado la solicitud de cambio de género a algunos menores, pero no pudieron confirmar el número con exactitud.

Aunque el proceso legal puede ser largo y tedioso, según el sexólogo y psicoterapeuta David Barrios Martínez, el niño que desee cambiar su identidad de género sólo puede llevarse una experiencia positiva.

“Tener un documento de identidad, como un acta de nacimiento, tiene un efecto ventajoso en el futuro del niño”, dice.

Tener un documento de identidad, como un acta de nacimiento, tiene un efecto ventajoso en el futuro del niño.

Barrios, quien prestó testimonio médico durante el juicio de J.C., dice que el proceso judicial ha establecido medidas adicionales para asegurar el bienestar del niño, entre ellas que el niño declare en presencia de un psicólogo y en una habitación privada con un juez.

Miriam Ángel, presidenta de Transfamilias, quiere que se les otorgue a los menores de edad el derecho a solicitar cambios de género y nombre mediante el trámite administrativo de la nueva constitución de la Ciudad de México, que se espera se finalice este año. Ángel ha cabildeado para que las personas que están involucradas en redactar la constitución soliciten que se incluya el cambio.

El cambio “lleva muchos pasos, [como] platicar con las instituciones sobre las posibles objeciones que surgirían con esta modificación y argumentar por qué es mejor el trámite en lugar del juicio”, comenta Ordóñez.

En diciembre de 2014, Ángel consiguió dos abogados para llevar el caso de J.C. sin cobrar honorarios. R.R. dice que otros abogados le hubieran cobrado alrededor de 100,000 pesos ($4,818).

En mayo de 2015, un juez le otorgó a J.C. una nueva acta de nacimiento, y en ella aparece como del sexo masculino con el nuevo nombre que él y sus padres escogieron. Dice que no le molesta que lo hayan interrogado tan extensamente sobre su solicitud de cambio de género.

“Soy más feliz ahora porque ahora sí me tratan como soy en realidad”, asegura J.C.

 

Terry Aguayo, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.

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