Guatemala

Centro de cultura maya abre sus puertas en Guatemala cumpliendo el sueño de un activista asesinado en 2010

El recientemente inaugurado Centro Cultural Sotz´il Jay, en el municipio de Sololá, celebra las tradiciones y la cultura maya en Guatemala. La apertura tuvo lugar años después de la muerte de uno de sus primeros promotores, quien se estima fue asesinado a causa de sus persistentes referencias a momentos penosos de la historia de su pueblo.

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Mayan Cultural Center Opens in Guatemala, Realizes Dream of Activist Killed in 2010

Brenda Leticia Saloj Chiyal, GPJ Guatemala

Dos niñas aprenden a tocar la marimba con Daniel Guarcax (atrás), un voluntario del Centro Cultural Sotz’il Jay, en el suroeste de Guatemala. El hermano de Guarcax comenzó a armar este proyecto con el objetivo de enseñar a las nuevas generaciones sobre la cultura maya y guatemalteca, pero fue asesinado varios años antes de su apertura.

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SOLOLÁ, GUATEMALA — Dos niñas ocupan el centro de la escena y comienzan a tocar la marimba, un instrumento de percusión, popular en Guatemala. Tocan ritmos propios de esta región. Daniel Guarcax, de 29 años, las dirige de pie, con batuta en mano, moviéndose al ritmo de la música.

Guarcax es un investigador de la cultura, bailarín y artista, que trabaja con niños y jóvenes en el recientemente inaugurado Centro Cultural Sotz’il Jay. La institución, situada en el municipio de Sololá, suroeste del país, ofrece talleres y clases gratuitas para promover la cultura maya. Entre las actividades figuran debates de cine maya y talleres de poesía, donde se enseñan palabras propias de las ceremonias espirituales, entre otras actividades. Los seis voluntarios, que conforman un grupo de danza, se encargan del mantenimiento y asumen todos los costos asociados al centro.

La población maya, especialmente las últimas generaciones, necesita que se le recuerde su historia, dice Guarcax.

El centro fue inaugurado el 6 de mayo, pero su planificación llevó años y tuvo un costo alto.

Lisandro Guarcax, hermano de Daniel Guarcax, comenzó a trabajar en este proyecto en el año 2000, pero sus acciones en pos de promover la cultura maya se toparon con una fuerte resistencia por parte de una banda criminal.

“Recibió muchas amenazas, muchas llamadas anónimas amenazando, muchas envidias”, dice Daniel Guarcax.

Lisandro Guarcax fue asesinado el 25 de agosto de 2010, a los 32 años, mucho antes de que se inaugurara el centro.

La banda estuvo implicada en su muerte, pero no está claro el motivo.

Daniel Guarcax, entre otros, cree que su hermano fue asesinado porque trabajaba para preservar el arte maya y porque hablaba abiertamente de momentos dolorosos de la historia de su pueblo.

Durante el conflicto armado que tuvo lugar en Guatemala entre 1960 y 1996, los mayas fueron vistos por el gobierno como partidarios de los grupos guerrilleros. Más del 80 por ciento de las 200.000 personas que se estima murieron o desaparecieron en ese lapso en manos de tropas gubernamentales era maya, según la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, un organismo independiente constituido para catalogar violaciones de derechos humanos.

El gobierno apuntaba no sólo a destruir la base social de las guerrillas, sino, sobre todo, a erradicar todos los valores culturales que garantizaban la cohesión y la acción colectiva en las comunidades mayas, según este informe.

Art helps us express ourselves. In school they tell me to make a drawing and they give me a model. And here we are more free to do what we want, and I like that.

La comisión sugirió que el gobierno exageró intencionalmente la participación maya, basándose en prejuicios de larga data contra ese pueblo.

El objetivo del centro cultural es garantizar que se recuerde la destrucción de la que fue víctima la cultura maya, así como mantener vivos muchos eventos y movimientos de su historia. Los mayas deben estar orgullosos de quiénes son, dice Daniel Guarcax.

Junto a sus colaboradores, Daniel Guarcax pudo hacer realidad el sueño de su hermano. En 2013, comenzaron a brindar talleres para niños y jóvenes. Ante la creciente demanda de parte de escuelas, y también universidades, los talleres llevaron a la apertura del centro este año.

Ahora, el centro cuenta con el apoyo de los líderes de la comunidad.

“En Guatemala, se necesitan más personas con talento. Y se necesita demostrar que niños y jóvenes se apoyan para identificarse con las tradiciones, costumbres de Guatemala”, dice Inés Saloj, una alcaldesa comunitaria.

El centro también es un lugar seguro para que los niños se entretengan, añade.

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Brenda Leticia Saloj Chiyal, GPJ Guatemala

A volunteer at the Centro Cultural Sotz’il Jay (center) teaches children how to create key chains with sticks and yarns as part of one of the various art classes the center provides.

El lugar está abierto de lunes a viernes, de 9:00 a 17:00, para talleres diarios, conferencias, encuentros artísticos y ensayos. Además, todos los meses ofrece un espectáculo.

“El arte nos sirve para expresarnos”, dice Yenifer Guarcax, de 10 años, que no tiene vínculo de parentesco con Lisandro Guarcax. “En la escuela me dicen que haga un dibujo y me dan el modelo. Y aquí somos más libres para lo que queremos hacer, y eso me gusta”.

Pronto, el centro cultural atenderá directamente cuestiones relativas a la comunidad, ofreciendo por ejemplo una puesta en escena para educar sobre la importancia de la elección de las autoridades indígenas en Sololá. Un grupo femenino de danza, llamado Ajchowen, tiene previsto usar las instalaciones para hacer muestras que concienticen sobre cuestiones indígenas y de género.

Mucha gente de zonas rurales de este municipio, que tiene más de 400.000 habitantes, ha pedido al personal del centro que lleve sus actividades a los pueblos. Pero, como las actividades son gratuitas, no hay dinero para viáticos, según explica Daniel Guarcax. Él espera conseguir pronto fondos de organizaciones públicas o privadas que les permitan seguir brindando las clases en forma gratuita.

Marcelino Chiyal, miembro del grupo de danza y voluntario del centro, dice que uno de los mayores sueños de Lisandro Guarcax era usar la actuación para hacer que la gente piense en la cultura maya.

“Se está cumpliendo el sueño de Lisandro”, dice Chiyal.

 

NOTA DEL EDITOR: Inés Saloj no guarda ningún parentesco con la reportera de GPJ Brenda Leticia Saloj Chiyal.

Brenda Leticia Saloj Chiyal, GPJ, tradujo dos entrevistas del Kaqchikel al español.

Ivonne Jeannot Laens, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.