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Salvar a los ajolotes, los “perros de agua” de México, requiere iniciativas creativas

El ajolote, conocido por sus extremidades, por tener sus branquias al descubierto y por ser una especie caníbal, se encuentra en grave peligro de extinción, pero las iniciativas por salvar el hábitat natural de la especie así como también asegurar que se esté reproduciendo debidamente han tenido algún éxito. Una de las iniciativas más sorprendentes es la venta de ajolotes a las personas que desean tenerlos de mascotas.

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Saving the Axolotl, Mexico’s ‘Walking Fish,’ Requires Creative Efforts

Mar García, GPJ Mexico

Gabriela Vázquez, investigadora y profesora de la Universidad Autónoma de México campus Xochimilco en la Ciudad de México, sostiene un ajolote. El programa de la universidad investiga la alimentación y la reproducción de estas criaturas, parecidas al lagarto, que se encuentran en grave peligro de extinción desde 2006.

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CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO — En la periferia de esta mega ciudad, se encuentran grandes estanques llenos de agua y cubiertos con una red oscura que resguarda al ajolote, también conocido como el perro de agua o el monstruo de agua. Miles de ajolotes se reproducen aquí como parte de un programa creado en 1994 por el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC), considerado el corazón del proyecto para la conservación del ajolote.

La especie, conocida por sus extremidades, por tener sus branquias al descubierto y por su cuerpo delgado y largo, fue declarada en grave peligro de extinción en 2006 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, años después de que los científicos notaran que los números de esta especie estaban disminuyendo.

Luis Zambrano, biólogo especialista en investigaciones de ajolotes en el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México, dice que en 1998 el número de ajolotes por kilómetro cuadrado en las zonas de su hábitat natural era de 6,000. Para el año 2004, el número disminuyó a 1,000 por kilómetro cuadrado. Y para 2014, dice, el número había disminuido aún más.

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Mar García, GPJ Mexico

Ajolotes bebés nadan en su tanque en la Universidad Autónoma de México campus Xochimilco. Los ajolotes son caníbales, por lo que deben separarse de sus hermanos para proteger la especie.

La zona de reproducción al aire libre administrada por el CIBAC es uno de varios proyectos de conservación. En 2013, 2,800 ajolotes fueron liberados en esta reserva ecológica de 200 hectáreas. En 2015, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales liberó 500 ajolotes del CIBAC, en los canales de agua localizados al sur de la Ciudad de México, y 225 portaban un chip para monitorear su comportamiento.

El éxito del programa es sólo parte de lo que se necesita para salvar a los ajolotes caníbales de la extinción. El hábitat natural del ajolote en los complejos de lagos ha cambiado radicalmente en décadas recientes al utilizarse su agua para saciarle la sed a la Ciudad de México y al introducirse peces depredadores en el sistema.

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Mar García, GPJ Mexico

Gabriela Vázquez, investigadora y profesora, trabaja para mejorar la alimentación y reproducción de los ajolotes en la Universidad Autónoma de México campus Xochimilco.

Según los expertos, la restauración de su hábitat es clave para la supervivencia del ajolote. El proyecto de Zambrano monitorea cuatro lagos semi naturales conocidos como “albergues de ajolotes”, los cuales son el hogar de ajolotes machos y hembras. Estos son monitoreados para determinar si las condiciones son óptimas para la conservación de la especie. Los resultados de las investigaciones de Zambrano se utilizarán para restaurar el hábitat en los canales de agua al sur de la Ciudad de México a través de un proyecto llamado “Chinampa Refugio” que también beneficiará a los chinamperos de la zona. Los chinamperos también disfrutarán de un sistema de agua más sano.

El ajolote tiene gran necesidad de su hábitat natural, dice Zambrano. La reproducción masiva en cautiverio podría reducir el instinto de supervivencia y la variabilidad genética de la especie.

“La variabilidad genética reducida se vuelve un problema en términos evolutivos porque es la forma más fácil de que se extinga una especie”, dice Zambrano. “Y en términos conductuales [el ajolote en cautiverio] es como una mascota”.

Cuando el ajolote viene de un hábitat mejor, dice, se vende a un precio más alto.

Aunque el ajolote esté en peligro de extinción, es posible comprarlo como mascota doméstica. Algunos conservacionistas de ajolotes dicen que esa estrategia es parte de sus iniciativas de conservación.

“Mucha gente no comprende que es positivo [su venta] para la conservación”, dice Arturo Vergara Iglesias, biólogo quien administra las actividades de educación ambiental en la zona lacustre. “Cada…ejemplar que vendemos es un ejemplar menos extraído de manera ilegal, porque quien lo quiere lo va a comprar sin importar su procedencia”.

Es ilegal capturar ajolotes silvestres, dice Fernando Arana, biólogo quien dirige el CIBAC desde 2004, pero pueden venderse si tienen un certificado de legal procedencia por haber sido reproducidos en cautiverio.

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Mar García, GPJ Mexico

Un ajolote albino es parte del programa de investigaciones de ajolotes del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México en la Ciudad de México.

También se están preparando nuevas iniciativas para la preservación del ajolote.

Gabriela Vázquez, de 38 años de edad, investigadora y profesora de la Universidad Autónoma de México campus Xochimilco, dice que gracias a la donación de 40 ejemplares por parte del CIBAC, ha desarrollado investigaciones sobre la alimentación y la preservación del ajolote para generar estrategias que contribuyan a su protección. El trabajo de Vázquez, que comenzó en 2014, se realiza en un laboratorio bajo condiciones que, los investigadores esperan, lograrán reproducciones favorables.

“Lo hacemos en condiciones experimentales de laboratorio y la idea es que se lleve a cabo a nivel piloto [en sitios de conservación]”, dice Vázquez.

 

Terry Aguayo, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.