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Albergue para perros idea soluciones innovadoras para poner en confinamiento a la soledad

La iniciativa “Perroomies” ofrecía compañeros perrunos de manera temporal durante la crisis del coronavirus en la Ciudad de México. El programa finalizó, y muchos de los perros y sus amos generaron un lazo que no es, para nada, temporal.

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CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO — El Albergue San Cristóbal es el hogar de más de 800 perros. En total, consumen más de 10 toneladas de comida al mes.

Así que, cuando se cancelaron seis eventos de adopciones debido a la cuarentena para evitar el contagio del coronavirus en el país, Cristóbal Suárez, fundador del albergue, no sabía qué iba a hacer con todos los perros que necesitaban un hogar.

Pero cuando comenzó a colaborar con la agencia publicitaria local Catorce Días, todo cambió.

En conjunto, se les ocurrió la idea de ofrecer adopciones temporales, bajo el nombre de “Perroomies”, o compañeros perrunos, para las personas que no podían salir de sus hogares debido a la suspensión de las actividades no esenciales en esta poblada ciudad capital.

Los resultados sobrepasaron cualquier expectativa.

“Pensábamos que estaría increíble juntarlos [a los perros y a las personas] al menos durante la cuarentena para que se hicieran compañía”, comenta Alejandra Vargas, publicista de Catorce Días.

Después de publicar en internet las fotografías de 25 perros disponibles para ser “perroomies”, solo pasaron cinco días para que todos encontraran un hogar temporal. Durante el mes de abril, el albergue recibió más de 200 solicitudes adicionales para esta iniciativa.

“Yo no tenía ninguna expectativa. Para mí, con que haya una sola adopción vale la pena, pero sí superó, por mucho, la respuesta que tenía yo contemplada”, comenta Suárez, de 57 años.

Dada la respuesta, el albergue aumentó a 56 la cantidad de perros disponibles para adopción temporal. La iniciativa, que ya finalizó, se creó para ofrecerles hogares temporales, pero 39 de los 56 perros adoptados encontraron hogares permanentes.

Suárez explica que los perros ayudaron a calmar la soledad y el aislamiento que la gente sentía en casa.

“La verdad, el tener un perro a tu lado te cambia la vida, hay que vivirlo para poderlo entender porque no hay manera de expresarlo”, comenta.

María Carolina Bello Flores, psicóloga de la Ciudad de México, piensa igual. Dice que adoptar un perro durante la cuarentena es una excelente manera de motivar a las personas a salir a tomar el aire fresco. Además, explica, las mascotas ayudan a reducir la ansiedad.

“Si permites que ellos te brinden su amor a su forma, le das otro sentido a tu vida. Y cuando pasa esto, ya no quieres renunciar a su compañía”, señala.

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Perri, de 10 años, antes Sheena

El día que Nora González, de 35 años, recogió a Sheena, que ahora se llama Perri, de inmediato la llevo a comprarle platos, comida y una correa.

“Era como de la mitad del tamaño, estaba enroscada, temblaba muchísimo; pensábamos que estaba asustada por todos los cambios”, dice González.

Pero después de llevarla a la veterinaria, se dio cuenta de que Perri tenía alrededor de 10 años de edad, una infección dental y que estaba sorda, dice González.

Ahora Perri ya no tiembla. Disfruta el puré de verduras que le prepara en casa su nueva dueña. “Yo digo que ya ha crecido, la veo estirada”, dice orgullosa González.

González señala que ella nunca consideró la opción de una adopción temporal.

“Al recibirla, no me quedó duda de que me quería quedar con ella, para nosotros es perfecta, regresarla me partiría el corazón porque no es fácil que alguien la adopte así”, dice.

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Bruna, de 8 años, antes Happy

Cuando Berenice Ortega, de 42 años, vio la cara de Happy en una publicación de Perroomies en las redes sociales, supo que quería adoptarla.

Ortega, quien le cambió el nombre por Bruna, dice que nunca pensó que la adopción fuera temporal.

“Desde el principio decidí que fuera definitiva la adopción. Para mí un perrito no es un juguete ni una caja, es un ser vivo y yo la amo, a mí no me pasó por la cabeza devolverla”, comenta Ortega.

Cuando le avisaron a Ortega que su nueva mascota ya venía, le compró una cama, una casa y “muchas cosas”, añade.

Bruna ha sido la compañera ideal durante la cuarentena.

“Cuando estoy muy estresada, voy con Bruna y la abrazo, me salgo con ella, jugamos y me relajo mucho”, dice Ortega.

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Francés, de 7 años

Marián García, de 22 años, vio la publicación en internet.

“Se me hacía muy buena idea que durante la cuarentena adoptaras un perrito. Yo tenía muchísimas ganas de un perro, aparece la iniciativa y dije: ‘¡De aquí soy!’”, señala García.

La cara y la edad de Francés le llamaron la atención.

“Me atrajo su carita, en la descripción decía que tenía 7 años, y normalmente esos perros es más complicado que los adopten”, dice García.

Francés tuvo dificultades para adaptarse a su nuevo hogar. No quería entrar cuando García lo llevó a casa. Ahora los dos tienen un vínculo.

“Un día me salí un ratito y empezó a llorar porque yo no estaba. Compré comida, correa y premios, ya tenía juguetes; camita no, porque se duerme conmigo”, explica García.

Al igual que los demás, García dice que la adopción será definitiva.

“Ahorita, con el enamoramiento que tuve con el perro, se me hizo mucho más fácil tomar esa decisión y pues ya asumí la responsabilidad de hacer ajustes en mi vida para que pueda estar conmigo”.