‘Imagino líneas de color’ – Futbolista mexicano con discapacidad visual encuentra un nuevo futuro en el deporte

Después de herirse un ojo, un joven futbolista mexicano pensó que sus posibilidades de volverse profesional se habían acabado. Ahora, el tiempo que ha pasado jugando en una liga con otros jugadores con discapacidad visual le hizo encontrar un nuevo propósito como entrenador.

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CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO — El partido de fútbol en el centro de la Ciudad de México comienza como cualquier otro: con el ruidoso sonido de un silbato. Pero lo que pasa después no es para nada común.

Los arqueros pasan sus dedos por encima de los postes de sus arcos para determinar sus dimensiones, mientras que otros jugadores, algunos con antifaces que cubren sus ojos, corren tras la pelota, que suena como un cascabel mientras rueda por el campo. Varios corren con sus brazos extendidos para evitar estrellarse.

Un jugador grita “¡portero!” para avisarle al arquero que está a punto de tirar al arco. “¡Aquí, aquí!” grita de vuelta el guardameta. Guiándose solo por sonidos, el jugador calcula su tiro y patea la pelota hacia el fondo de la red.

Así es como juegan en la Liga Independiente de Fútbol para Personas con Discapacidad Visual Ciudad de México, una organización de fútbol amateur masculino. Cada equipo tiene seis jugadores, incluyendo un arquero, que debe ser ciego o usar una máscara, y cuatro jugadores ciegos y uno que pueda ver, o tres jugadores ciegos y dos más con problemas de visión. Los jugadores con problemas de visión y los que pueden ver bien, que se conocen como “videntes”, solo pueden intentar anotar un gol después de que un jugador ciego haya marcado.

Actualmente hay 50 jugadores en el grupo, según dice Sergio Soto, el presidente de la liga. La liga se remonta a 1967, cuando los estudiantes de una escuela local para personas ciegas comenzaron a jugar esta forma adaptada de fútbol allí.

Hugo Enrique Campos López, de 24 años, es uno de los jugadores más jóvenes de la competencia. Juega para el Barcelona, un equipo bautizado en honor al club español famoso mundialmente, y que fue rebautizado como el América, en honor a uno de los equipos más conocidos de México. Sus movimientos en la cancha son ágiles y su habilidad con el balón es notable. Tiene una ventaja sobre los demás, no solo porque solo es parcialmente ciego, sino también porque ha jugado fútbol desde que era un niño.

Campos López quería ser un futbolista profesional, pero mientras se ejercitaba en su casa en abril de 2015 una banda de resistencia saltó y lo golpeó en el rostro, separando la córnea y la retina de su ojo derecho. Después del accidente, dice, no podía encontrar un equipo de fútbol tradicional que lo aceptara. Así que ahora se está acostumbrando a jugar la forma adaptada del deporte.

“Cuando juego futbol para ciegos, como estás a oscuras”, dice, “yo me imagino líneas de color en mi mente”. Por ejemplo, si viene uno me imagino una línea que voy a rodear, como que está un árbol y lo voy a rodear”.

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Alejandro Morales Fuentes, de 47 años, un jugador de la Liga Independiente de Fútbol para Personas con Discapacidad Visual Ciudad de México, aprieta la pelota de plástico con la que juegan para darle forma. En esta forma adaptada del deporte mundial, los jugadores se guían por el cascabeleo de la pelota mientras se mueve por la cancha.

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Las caídas y los estrellones son comunes durante los partidos. Los arqueros suelen ser quienes están más expuestos a estos riesgos, pues se tiran al suelo para intentar parar la pelota cuando oyen que los otros jugadores se están acercando. Cristian Arias patea al arco, mientras que otros jugadores esperan el disparo. Los jugadores solo tienen el sonido de la pelota, los gritos de los porteros y las instrucciones que gritan los jugadores que sí pueden ver, como guías para intentar anotar.

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Los jugadores del Barcelona, ahora conocido como el América, caminan hacia la tribuna al final del partido. Los jugadores que pueden ver, o que no han perdido su visión por completo, les ayudan a los jugadores que son completamente ciegos a llegar a la salida, ofreciéndoles sus hombros como guía.

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Campos López, de 24 años, ha jugado en la liga desde agosto de 2018. Comenzó a jugar fútbol formalmente a los ocho años y se estaba preparando para volverse profesional cuando perdió la visión de su ojo derecho durante un entrenamiento. Después de pasar un año en su casa recuperándose, Campos López intentó entrenar de nuevo, pero no pudo encontrar un equipo que lo aceptara, debido a su problema de visión. “Les impactaba, o no sé, pero no me dejaban hacer lo que quería volver a hacer”, dice.

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Campos López (a la izquierda) bromea con su compañero de equipo, Miguel Carmona, de 20 años. Campos López, que antes era un extrovertido al que le gustaba salir y divertirse con sus amigos, dice que se ha vuelto más serio desde su accidente y que ya no le gusta ir a fiestas. Dice que muchos de sus amigos se distanciaron durante su larga recuperación y que ahora la mayoría de las personas con las que se relaciona también tienen problemas de visión.

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Campos López jugaba en otra liga para personas con problemas de visión. En esta competencia juegan con las reglas del Fútbol-5, la versión profesional del deporte adaptado que se juega en los paralímpicos. Campos López dice que es más difícil que el otro deporte adaptado que juega. “No sabes si se te va a atravesar un jugador o está la pared o algo, y sí da un poco de miedo eso, pero se te va quitando”, dice.

En la Liga Independiente de Fútbol para Personas con Discapacidad Visual Ciudad de México se aceptan jugadores que pueden ver, que tienen problemas de visión y que son completamente ciegos. Se gritan advertencias entre sí cuando intentan meter gol y para ayudar a orientarse y a saber dónde está la pelota.

La pelota produce un sonido mientras se desplaza por el campo, lo que la diferencia de la pelota usada en fútbol 5, que produce un sonido pero más parecido a la pelota de cuero sintético usada en el fútbol convencional. Campos López dice que le parece que el fútbol 5 es más difícil porque todos los jugadores son completamente ciegos o están usando antifaces que les cubren los ojos. Dice que la parte más complicada de jugar fútbol 5 era ubicar la pelota y los jugadores usando solo el sonido. Sin embargo, dice que jugar fútbol 5 le ayudó a desarrollar su oído y su sentido de dirección, habilidades que son muy importantes dado su campo limitado de visión.

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Campos López muestra fotos de él con su madre, abuela y sobrino que fueron tomadas durante su adolescencia. Campos López comenzó a jugar fútbol cuando tenía ocho años por invitación de un primo. Entrenó en escuelas especializadas con el propósito de convertirse en futbolista profesional. Como era hijo único de una madre soltera que trabajaba, pasó sus años de entrenamiento acompañado por su abuela. “Me gustaban las finales de torneo porque a esos partidos asistía mi madre”, dice. “Ahí la veía más”.

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Campos López recibe tratamiento de un oftalmólogo para su lesión, pero también visita regularmente a una acupunturista, así como a un terapeuta alternativo. Al principio, dice, el dolor era tan fuerte que no podía levantar la vista y era muy sensible a la luz. Pero ahora está mucho mejor y no necesita tratamiento tan seguido.

Después de que su carrera de futbolista profesional fracasara, Campos López intentó ir a la universidad. En septiembre de 2018 se matriculó en la carrera de ingeniería biomédica con la intención de encontrar una cura para su pérdida de visión, dice. Pero las largas sesiones viendo un proyector y las horas leyendo en una computadora eran demasiado esfuerzo para su ojo saludable, así que dejó la universidad después de un mes. Por un tiempo, sin nada más que hacer, pasaba las tardes ejercitándose en un parque cerca de su casa. “Sí, tuve un momento de frustración porque dije ‘No estoy haciendo nada de lo que soñé hacer. Entonces ¿a qué me dedico? ¿qué hago?'”, dice. “Quiero soñar otra vez, quiero tener esa motivación”.

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Pero recientemente, parece que Campos López ha comenzado a encontrar respuestas de qué hacer sobre su futuro. Al final del año pasado, el equipo de Fútbol-5 en el que entrenaba tuvo cambios internos que llevaron a la formación de un nuevo equipo llamado Equipo de Fútbol Ciego, con Campos López como el entrenador. Desde que comenzó este nuevo rol en enero, Campos López se ha dedicado a encontrar un lugar apropiado para entrenar, a buscar el apoyo de un equipo profesional y difundir su trabajo. Como entrenador, Campos López usa técnicas similares a las que aprendió cuando estaba entrenando para ser un jugador profesional, pero dice que tiene que adaptarlas considerando las discapacidades visuales de sus jugadores. Campos López dice que nunca se imaginó que terminaría entrenando un equipo de personas que son ciegas o tienen discapacidades visuales, pero por ahora su único plan es ayudarle al equipo a salir adelante.

Pablo Medina Uribe, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.

Nota de la editora: Esta historia ha sido actualizada y ahora identifica correctamente el deporte que se juega en el video. Global Press Journal lamenta el error.