SAN NICOLÁS DE LOS GARZA, MÉXICO – Francia Lizbeth Alanís Irigoyen se prepara para un certamen de belleza, pero su principal preocupación no es cómo va a verse en la ropa que eligió ponerse. En lugar de ello, se preocupa por cómo le irá cuando presente su idea para hacer frente a la contaminación.
Luego de las competencias en vestido corto y de noche, Alanís Irigoyen, de 18 años, hará una presentación sobre cómo limpiar lagos y ríos contaminados con petróleo y aceites, colocando para ello cabellos, que naturalmente absorben estas sustancias, en bolsas biodegradables dentro del agua. Ella piensa destacar esta investigación como parte de su idea de proyecto social, algo que debe hacer cada una de las participantes.
“Mi reto es que no quiero decepcionar a mi facultad”, dice. “No quiero que se piense que estoy aquí sólo por bonita”.
Alanís Irigoyen es estudiante de filosofía en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), una universidad pública en el estado homónimo del norte de México. Cuando el 23 de septiembre la Facultad de Filosofía y Letras celebró un concurso de belleza en esa dependencia, Alanís Irigoyen ganó el primer premio y se llevó 180 dólares. Ahora, se prepara para representar a ese facultad en el certamen de toda la universidad, donde se coronará a la “Señorita UANL 2015”.
La “Señorita UANL 2015” recibirá una beca de estudio por un año, además de regalos de las distintas marcas que patrocinan el certamen y la oportunidad de representar a la universidad en eventos locales.
Alanís Irigoyen cuenta que siempre quiso participar en concursos de belleza, pero que no había tenido el apoyo de su familia para ello. Dice que participó en el certamen de belleza de su facultad para llamar la atención sobre su proyecto social. En México, ser atractiva y presentable físicamente abre más puertas, según señala.
“La sociedad mexicana no está preparada para escuchar a una persona que no sea bonita”, asegura.
Pero a medida que se acerca el certamen de toda la universidad, el 4 de noviembre, un grupo de estudiantes dedicado a combatir la violencia de género dentro de la institución presiona para cancelar el evento.
Global Press Journal pidió declaraciones de autoridades universitarias -incluyendo a Ludivina Cantú Ortiz, directora de la Facultad de Filosofía y Letras-, pero no obtuvo respuesta.
La universidad tiene concursos similares para hombres, pero fueron los certámenes para mujeres los que generaron controversia.
El Colectivo Quimera, el grupo que se opone a los certámenes, ha realizado protestas y ha hecho circular una petición solicitando el fin de estos concursos. El grupo -cuyo nombre hace referencia a un dicho que remite en México a la neutralidad de género- colgó en su página de Facebook un manifiesto y un llamado a poner fin a los certámenes de belleza universitarios.
Las acciones online del Colectivo Quimera desencadenaron ciberacoso -práctica también conocida como cyberbullying- a través de la página de Facebook del grupo, según Lucía De Luna Guajardo, una estudiante de filosofía, de 24 años, integrante de la agrupación.
“Nos llegaron muchos comentarios de ataque, agresión y deslegitimación”, dice respecto a las publicaciones en el grupo de Facebook. “Mucha misoginia e incluso amenazas de muerte. Pero también mucho apoyo”.
El grupo se opone a lo que De Luna Guajardo describe como una premisa dada por hecho en México: que la belleza es algo primordial. Para ella, reducir a una mujer sólo a su sexualidad es un acto de violencia.
“Ser mujer en México es ser un recipiente de violencia”, dice.
Las participantes en los concursos sostienen que el ciberacoso se da en ambos sentidos.
Julia Góngora Galván, de 20 años, es la ganadora del certamen de belleza de filosofía del año 2014. Actual instructora de las participantes de este año, Galván dice que ha sido víctima de ciberacoso y que fue insultada por haber participado en el concurso.
Es por eso que Góngora Galván considera necesario su trabajo como instructora. Dice que los certámenes de belleza requieren que uno sienta confianza en sí mismo: el modelaje y otros requisitos del certamen pueden hacer que las mujeres aprendan a presentarse y a comunicarse bien, habilidades que las ayudarán en lo personal y en lo profesional.
“Ser una mujer en México es un honor”, dice Góngora Galván.
El concurso de belleza plasma el tipo de rol que la sociedad mexicana espera que la mujer desempeñe, según señala Cintia Smith, profesora de Ciencia Política y Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Monterrey es la capital de Nuevo León.
En su opinión, los certámenes de belleza no deberían ser parte de ninguna política universitaria, porque promueven las limitaciones sobre las mujeres.
“El concurso de belleza no es un ícono en sí mismo”, dice. “Es el espacio que se le tiene destinado a la mujer. Es una manifestación donde se espera que las mujeres se desenvuelvan y muestren ciertos atributos. Son roles definidos”.
Fátima Rodríguez, de 21 años, participante en el concurso de belleza de filosofía de este año, dice que está organizando una presentación en la universidad para hablar de los certámenes. Cree que las mujeres deberían ser empoderadas para alcanzar sus objetivos y ser apoyadas para participar en concursos de belleza si así quieren hacerlo.
“Tenemos el derecho de ser las mejores en lo que hagamos”, dice. “Quiero romper los estereotipos de belleza y que las mujeres no se sientan menos”.
Rodríguez afirma que ha visto ciberacoso en la página de Facebook del Colectivo Quimera y que planea invitar a sus miembros a participar en la discusión.
El Colectivo Quimera continuará trabajando para poner fin a la violencia contra las mujeres, incluso después de que haya finalizado el certamen de toda la universidad, según afirma De Luna Guajardo.
“Nuestro objetivo a largo plazo es hacer una campaña de concientización de violencia de género”, dice. “No queremos centralizar la lucha de género”.
Alanís Irigoyen sostiene que su participación en el concurso no implica que ella crea que las mujeres deban ser juzgadas por su aspecto. Asegura que no piensa que deba ser de esta forma, pero sí considera que los estándares mexicanos demandan belleza.
“Ser mujer en México es una gran responsabilidad”, dice.
Ivonne Jeannot Laens, GPJ, adaptó este artículo de la versión editada en inglés.