BUENOS AIRES, ARGENTINA – María Isabel Valenzuela Rivas sabía que tenía sobrepeso y quería hacer algo al respecto. Consideró programas para adelgazar en Chile, donde vive, pero los únicos lugares que ofrecían dichos programas le resultaban muy caros y no incluían los tratamientos médicos que ella quería.
Valenzuela Rivas, de 62 años, amplió entonces su búsqueda a la limítrofe Argentina, donde encontró lo que estaba buscando: un centro que ofrecía tratamiento especializado a cargo de un médico, un psicólogo, un kinesiólogo y un nutricionista. Aun incluyendo el pasaje aéreo y el alojamiento -dice-, el centro de Argentina era mucho más accesible que cualquier otro en Chile.
“Lamentablemente en mi país la salud está completamente comercializada”, explica Valenzuela Rivas en video conferencia por Skype. “Hay un sistema público que es pésimo, en el que una persona puede estar dos años esperando una operación de columna. Y si (las personas se) salen del sistema público, el costo es tan alto que es casi impagable”.
Más de 14.000 extranjeros gastaron un estimado de 182 millones de dólares en turismo médico en Argentina en 2014, según datos del Instituto Nacional de Promoción Turística. Y el gobierno argentino espera atraer a muchas personas más.
La semana pasada, tuvo lugar en la Ciudad de Buenos Aires el Congreso Argentino de Turismo Médico Internacional -el primero de este tipo-, y el gobierno anunció un plan de cinco años para aumentar los ingresos por turismo médico hasta los 500 millones de dólares anuales, de modo tal de convertir al país en el primer destino de turismo médico en América Latina.
Expertos de la industria dicen que el aumento del turismo médico podría afectar negativamente la atención médica de los argentinos. Pero, los funcionarios afirman que los ciudadanos no se verán perjudicados y que el país necesita expandir el sector.
El turismo representa un 7 por ciento del PBI anual de Argentina, dice Miguel Cané, presidente de la Cámara Argentina de Turismo Médico.
La mayoría de los turistas médicos proviene de otros países de América Latina, según el Instituto Nacional de Promoción Turística. Un 41 por ciento de los pacientes proviene de Chile, 29 por ciento de Uruguay y 30 por ciento del resto del mundo, principalmente de Ecuador, Bolivia, Perú, Colombia y países centroamericanos.
La mayoría -67 por ciento- visita Argentina en busca de medicina curativa, procedimientos y tratamientos, según el instituto. El 33 por ciento restante viene por tratamientos cosméticos, incluyendo cirugías estéticas, lipoaspiraciones, programas de pérdida de peso y belleza dental, entre otros.
Aunque los informes varían, la industria del turismo médico a nivel global está valuada en entre 38.500 millones y 55.000 millones de dólares, según Patients Beyond Borders, una publicación internacional de turismo médico y de salud. Alrededor de 11 millones de pacientes cruzan fronteras en todo el mundo y gastan un promedio de entre 3.500 y 5.000 dólares por visita.
En el hemisferio occidental, Costa Rica, México y Estados Unidos son los destinos más visitados, según la publicación. El ahorro potencial en procedimientos médicos es el principal incentivo para los viajeros, que se desplazan en busca de cirugías cosméticas, cirugías dentales y tratamientos de pérdida de peso, entre otros.
Alejandro Muñiz, vicepresidente de la Cámara Argentina de Turismo Médico, dice que una de las ventajas de Argentina es que el sistema de salud es accesible y altamente desarrollado. Esto es atractivo para los extranjeros que no tienen seguro médico, afirma.
Una cirugía de bypass coronario en una clínica argentina -detalla Muñiz- cuesta en promedio 26.000 dólares.
El costo de ese procedimiento para un paciente sin seguro en un hospital público de Estados Unidos oscila entre 45.000 y 450.000 dólares -unas 17 veces más que el costo promedio en Argentina-, según una investigación publicada este año por la Asociación Estadounidense de Cardiología.
Miguel Cané, hijo del presidente de la cámara y gerente general de La Posada del Qenti, un spa y resort médico en la provincia de Córdoba, centro de Argentina, dice que uno de cada 15 huéspedes en la posada es turista médico. Valenzuela Rivas fue uno de esos turistas. La posada ofrece planes para adelgazar, dejar de fumar y controlar la diabetes o el estrés, explica.
Los pacientes extranjeros eligen Argentina porque los tratamientos y procedimientos son más accesibles, pero también porque el país tiene prestigio, dice el Dr. Jorge Lantos, director médico del Sanatorio de los Arcos, en la Ciudad de Buenos Aires. La formación de los médicos en Argentina cuenta con prestigio a nivel mundial, afirma.
Los pacientes también disfrutan de períodos de espera más breves de los que podrían tener en otros países, dice Lantos y ejemplifica que en el Sanatorio de los Arcos se puede programar una cirugía con sólo diez días de anticipación.
No obstante, algunos expertos están preocupados porque la presencia de más turistas médicos en Argentina pueda implicar una mala atención para los argentinos.
Eugenio Yunis, miembro del comité de ética de la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas, dice que el turismo médico podría afectar negativamente a los sectores más pobres del país. El turismo médico puede generar mayores réditos económicos, como la ocupación en hoteles y restaurantes -dice Yunis-, pero esa forma de turismo tiende a desviar la atención de los profesionales de la salud hacia los pacientes extranjeros.
“Para que sea sustentable y genere beneficios a largo plazo, equitativamente distribuidos, (el turismo médico) debe ser desarrollado con estándares éticos muy altos, dado que presenta vulnerabilidades mucho mayores que otros segmentos del turismo”, sostiene.
Cané, presidente de la cámara, asegura que con la infraestructura médica existente, el país puede atender a los pacientes extranjeros sin comprometer la atención de los ciudadanos argentinos. Cané también es fundador de La Posada del Qenti, de la que su hijo es gerente general.
“El límite es ése. De ninguna manera se va a privilegiar la atención de pacientes internacionales por sobre la necesidad que tiene la nación”, señala.
Cané considera que Canadá y Estados Unidos son los principales emisores de turistas médicos, por lo cual dice que el desafío será lograr que los turistas quieran viajar tan al sur como para llegar hasta Argentina.
Muñiz dice que las clínicas y otras instituciones que atienden a los turistas médicos no anticipan una afluencia de extranjeros este año, pero que él espera que el crecimiento sea significativo el año próximo.
“La expectativa es que sigamos creciendo y logremos posicionarnos como país líder en la región en materia de turismo médico, que de alguna manera ya lo vamos consiguiendo”, dice Muñiz.
Fernanda Font e Ivonne Jeannot Laens trabajaron la versión final en español de este artículo.