Argentina

Padres argentinos apoyan proyecto de ley para cultivar su propio cannabis medicinal

Se espera que el Senado de Argentina pronto considere una propuesta que legalize el uso medicinal del cannabis. El proyecto tiene gran aceptación entre los legisladores y el público. Pero algunos defensores de la marihuana dicen que la nueva ley podría causar que a las personas que la usan con fines recreativos se les presenten más problemas que los que tienen ahora.

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Argentine Parents Back Bill to Grow Their Own Medicinal Cannabis

Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Matilde sostiene el aceite de cannabis que su esposo utiliza para aliviar el dolor que tiene como consecuencia del cáncer. Él toma una gota antes del almuerzo y otra antes de la cena, dice Matilde, quien pidió que no se utilizara su apellido.

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BUENOS AIRES, ARGENTINA — Bajo circunstancias normales, a Valeria Salech no se le hubiera ocurrido darle cannabis a su hijo epiléptico y autista, pero se le terminaron sus medicamentos convencionales al comienzo de un fin de semana largo. Las farmacias no volverían a abrir hasta después de varios días, y cada hora que pasaba significaba que Emiliano, de 9 años, era más propenso a tener convulsiones.

En su desesperación, le vino a la mente un titular que había visto en la portada de una revista pro cannabis, acerca de las madres que les daban aceite de cannabis a sus hijos para tratar enfermedades. No le fue difícil encontrar el aceite — su esposo tenía un amigo que cultivaba la planta para uso medicinal. Colocó una gota en una galleta y se la dio a Emiliano. Era un acto ilegal: el uso de la marihuana no está permitido en Argentina.

Pero poco después de tomar el aceite de cannabis, Emiliano, que estaba frente al televisor viendo un episodio de “La Pantera Rosa”, se rió. Casi nunca se expresaba de esa manera, dice Salech. Luego, se escuchó otra carcajada, y otra.

Eso fue en diciembre de 2015. Para la Navidad del año siguiente, tanto los síntomas del autismo como los de la epilepsia empezaron a desaparecer en Emiliano. Ya no necesitaba usar pañales, y podía limpiarse la cara y sonarse la nariz solo.

“Lloro todo el tiempo. Me sorprende el cambio”, dice Salech. “Si yo hubiera tenido esta información dos o cuatro años antes, no sé cómo estaría ahora, cada convulsión produce daños neurológicos”.

Actualmente, Salech es presidenta y fundadora de Mamá Cultiva Argentina, un grupo de familias que cultivan cannabis para darles tratamiento a sus hijos, y es parte de una iniciativa para presionar a los legisladores para despenalizar el cultivo, la comercialización, la distribución y el consumo de la marihuana y sus productos para uso medicinal, terapéutico y científico. Bajo el proyecto impulsado por el grupo, se crearía un registro para identificar a las personas que estén exentas de ser penalizadas por cultivar cannabis para esos propósitos. La Cámara de Diputados de Argentina, una de las dos cámaras legislativas de la nación, aprobó el proyecto por unanimidad en noviembre. Se espera que el Senado lo considere en marzo.

Actualmente, las personas que comparten información sobre cómo cultivar o consumir cannabis podrían recibir condenas de encarcelamiento de hasta ocho años, y aquellas que lo cultivan podrían terminar presas hasta 15 años.

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Lucila Pellettieri, GPJ Argentina

Valeria Salech, fundadora y presidenta de Mamá Cultiva Argentina, visita un parque cerca de su casa en enero. Salech dice que el aceite de cannabis alivia los síntomas de autismo y epilepsia de su hijo.

El presagio de este posible cambio llegó hace un año, cuando la administración nacional de alimentos y medicamentos de Argentina aprobó la importación de aceite de cannabis para el uso de niños y jóvenes que tengan receta médica.

Pero ese aceite en particular no funciona con todos los pacientes, dice Salech. Se les debe permitir a los padres escoger el mejor tipo para el tratamiento de sus hijos, dice.

Gabriela Troiano, diputada que durante mucho tiempo ha apoyado la propuesta, indica que la despenalización del cultivo de cannabis para uso personal es clave para el éxito de la marihuana medicinal en general.

“Pudimos generar conciencia entre nuestros colegas, para explicarles que no se trata de narcotráfico, sino de salud pública”, dice Troiano. “Mi perspectiva es buena porque logramos mucho en poco tiempo”.

Pero algunos defensores de la marihuana dicen que la propuesta no es suficiente. La capacidad de la persona de cultivar cannabis en su propia casa sin tener que ser parte del registro del gobierno es clave, dice Matías Faray, miembro de la Agrupación de Cannabicultores del Oeste. El cannabis importado es costoso y ofrece muy poca variedad, indica, y la ley solo les permitiría a las personas cultivar cannabis para su propio uso, lo que excluye a los cultivadores solidarios.

“El proyecto que presentaron no cambia nada”, dice. “Ahora el cultivador es más perseguido — y ahora también se le puede castigar por la producción ilegal de medicamentos”.

Por otro lado, a  Claudio Santa María, médico, le preocupa que se haga difícil controlar a los cultivadores caseros, con respecto a cómo cultivan la planta y para qué propósito utilizan sus productos.

Aun así, reconoce que el cannabis ha sido efectivo en pacientes que padecen de ciertas enfermedades. Si el beneficio se prueba científicamente, dice, entonces se les debería permitir a los pacientes el uso del cannabis.

Pudimos generar conciencia entre nuestros colegas, para explicarles que no se trata de narcotráfico, sino de salud pública. Mi perspectiva es buena porque logramos mucho en poco tiempo.

El enfoque cambiante de Argentina hacia el uso de la marihuana refleja un movimiento global. Un número cada vez mayor de estados en Estados Unidos no penaliza a las personas por el consumo personal de cannabis. Varios países, entre ellos Alemania y México, se rehúsan a penar a las personas que se encuentran en posesión de pequeñas cantidades de marihuana. Uruguay legalizó y reguló el cultivo y uso de la marihuana en 2013.

El cannabis se utiliza extensamente en Argentina para tratar los síntomas de epilepsia, autismo, esclerosis múltiple y muchas otras afecciones, según los médicos.

Las investigaciones revelan que algunas formas de cannabis pueden ayudar a los niños que padecen de epilepsia. En una encuesta de 117 padres de familia realizada en línea en 2015 por investigadores del hospital infantil de UCLA, el 85 por ciento reportó una disminución de ataques luego de haberles dado a sus hijos epilépticos cannabis enriquecido con cannabidiol, un compuesto no psicoactivo de cannabis (frecuentemente llamado CBD) que ha demostrado tener efectos terapéuticos, y el 14 por ciento reportó que sus hijos no tuvieron más ataques después de consumirlo.

Los efectos de la planta varían según la forma en la que se utilice, dice Diego Nutter, cultivador de cannabis y miembro de Cannabis Medicinal Argentina, que promueve la legalización de la marihuana medicinal. Puede consumirse como crema, gel, tintura, aceite o inhalación, dice. La inhalación causa relajación, abre el apetito y alivia el dolor, dice, mientras que otras formas de consumo tienen beneficios con menos o ningún efecto psicoactivo.

Sus defensores dicen que la legalización podría mejorar los estándares de seguridad y calidad en los casos de las personas que ya utilizan la marihuana para propósitos medicinales. Mamá Cultiva depende del apoyo extraoficial de dos universidades para analizar parte del aceite de cannabis producido por las familias para sus hijos, dice Salech.

“Las semillas dicen qué contenido de THC y CBD tienen supuestamente, pero no siempre es tan exacto”, dice, refiriéndose al delta-9-tetrahidrocannabinol, el principal compuesto psicoactivo del cannabis, y al cannabidiol, el principal agente terapéutico. “Necesitamos poder hacer los estudios por derecha para que la ciencia también se pueda involucrar más y nosotras podamos estandarizar el tratamiento”.

La comunidad medicinal de Argentina está cambiando lentamente su actitud hacia la marihuana medicinal. Algunos se la recomiendan discretamente a sus pacientes, dice Carlos Laje, oftalmólogo y fundador de una clínica de cannabis que abrió en 2016.

Carlos Magdalena, neurólogo, dice que los médicos ahora hacen preguntas que antes se consideraban tabú. No hay muchas investigaciones de calidad sobre la marihuana, dice, porque durante tanto tiempo se la ha considerado una droga ilícita. Magdalena está trabajando con otros médicos para organizar una conferencia sobre el uso de la marihuana, la cual espera se realice este año.

Mientras tanto, más padres cultivan cannabis para sus hijos, dice Salech. Entre 150 y 180 personas han asistido a los talleres de Mamá Cultiva, y al menos la mitad de ellas han empezado a cultivar su propio cannabis.

“Hasta mi tía, que le hizo un escándalo a mi primo cuando le encontró un porro, ahora la cultiva para su sobrino nieto”, dice.

 

Danielle Mackey, GPJ, translated this article from Spanish.

Terry Aguayo, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.

 

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