Mexico

A medida que el turismo llega, pescadores locales sufren las consecuencias

A lo largo de la costa oeste de México, quienes se dedican a la pesca comercial a gran escala bastecen a las personas visitantes, situación que pone en riesgo a los pescadores tradicionales, cuyo modo de vida alguna vez definió la cultura y la identidad de la región.

Read this story in
As Tourists Pour In, Local Fisheries Flounder

Maya Piedra, GPJ México

Juan Flores (a la derecha), quien durante muchos años ha sido pescador de cuerda de fondo en San Francisco, Nayarit, ayuda a poner en marcha la lancha. El aumento de la pesca comercial en la región ha reducido los ingresos de los pequeños pescadores y ha forzado a muchos a abandonar el oficio.

SAN FRANCISCO, MÉXICO — Juan Flores cuenta que fue el primer pescador de San Francisco, un pequeño pueblo costero situado en el estado occidental de Nayarit. En aquellos tiempos, en la década de los setenta, remaba hacia el océano Pacífico en una lancha pequeña, conocida como cayuco, y atrapaba peces uno por uno con la técnica de “cuerda de fondo”, que consiste en lanzar al agua únicamente una cuerda con punta de anzuelo.

Una generación dedicada a la pesca con cuerda de fondo siguió los pasos de Flores, quien conserva la agilidad y el cuerpo esbelto. A los 77 años, todavía pesca todos los días, desde temprano en la mañana hasta el atardecer. Aún usa solo una cuerda y un anzuelo y se adentra en los bajos que bordean la costa montañosa, guiado por la experiencia y el instinto.

Pero muchas otras cosas han cambiado.

San Francisco, cuya población apenas llega a 1,400 habitantes, ahora forma parte de la llamada Riviera Nayarit, que se ha convertido en un destino turístico internacional. Se dice que los barcos comerciales que usan grandes redes han agotado la población piscícola de la región y afectado a quienes pescan con cuerda de fondo, cuyo modo de vida alguna vez definió la cultura y la identidad de la costa oeste de México.

expand image
expand slideshow

Maya Piedra, GPJ México

Florentino Padilla corta un pez sierra capturado por pescadores del Rincón de Guayabitos, 24 kilómetros al norte de San Francisco. Hace poco, Padilla y su equipo capturaron solo 30 kilos de pescado; ni siquiera alcanza para cubrir el costo de la gasolina, dice.

Tiempo atrás, los pescadores sacaban diariamente hasta media tonelada; actualmente dicen capturar una fracción de ese total.

“Antes no teníamos esos aparatos para localizar el pescado, pero íbamos a ciertas partes que conocíamos y era seguro que hallábamos”, señala Florentino Padilla, hermano de Flores.

La Riviera Nayarit, que abarca más de la mitad del litoral de Nayarit, se extiende por más de 180 kilómetros y cuenta, entre otras cosas, con playas y ríos, marismas y montañas, aguas termales y cascadas.

Alguna vez, las aguas de Nayarit estaban repletas de peces. Pero muchas de las especies más populares y preciadas están desapareciendo, como el bacalao, el pejegallo, varios tipos de pargo y la totoaba, que puede pesar hasta 136 kilos.

Maya Piedra, GPJ México

Martín Padilla, dueño de la única pescadería de San Francisco, heredó el negocio a su hijo, Christian Padilla. “El mar es grande, pero la población es mayor. Si seguimos así, acabaremos con el pescado”, expresa Martín Padilla.

El cambio climático no ha ayudado. El exceso de dióxido de carbono, que reduce los niveles de oxígeno, y la disminución de la fauna marina, que afecta la temperatura del agua, han contribuido a la pérdida de algunas especies en la costa occidental.

Un informe del gobierno del estado en 2019 destacó que por más de una década, “el sector pesquero ha vivido en condiciones insostenibles”, deteriorado por diversos problemas, como “la sobreexplotación de los recursos pesqueros, la capacidad excesiva de las flotas de pesca [y] el aumento en la población pesquera y la pesca furtiva”. Otro informe estatal señala que las redes comerciales ilegales son muy comunes en aguas nayaritas.

San Francisco se ubica en el municipio de Bahía de Banderas, donde se encuentra la bahía más grande de México. La mayor parte de quienes viven en la zona trabajan en servicios relacionados con el turismo.

En un día normal, las embarcaciones comerciales recorren la costa de San Francisco en pares, ya que un barco lleva a los pescadores y el otro tira de las redes rectangulares, conocidas como redes de cerco, que capturan toneladas de peces en pocas horas.

expand image
expand slideshow

Maya Piedra, GPJ México

Mario Mendoza, a la izquierda, restaurantero de San Francisco, y María García dicen que quienes consumen tienen parte de la culpa del mal estado de las pesquerías comerciales de Nayarit. “Como consumidores tenemos más responsabilidad cuando exigimos al proveedor una especie porque al final nosotros pagamos”, dice Mendoza.

Para garantizar su mercado, los pescadores comerciales bajan los precios, demeritando la rentabilidad de quienes pescan con anzuelo, explica Martín Padilla, otro de los hermanos de Flores y dueño de la única pescadería del pueblo.

Mario Castillo, de 23 años, uno de los capitanes de pesca más jóvenes de la zona, dice que, tiempo atrás, las lanchas de pesca con cuerda de fondo abarrotaban la costa de la riviera nayarita. Ahora, observa menos de media docena.

Lo que sucede en San Francisco es un reflejo de la situación de México, país que tiene la costa más larga de América Latina. Según información gubernamental, se capturan 589 especies de peces a nivel comercial y, de ellas, 87% están sobrexplotadas o al límite de su capacidad máxima.

Personas como Miguel Linares, de 36 años, que proviene de una familia de pescadores, ya no dependen únicamente del mar para vivir. Linares también es cocinero. “La pesca no es dinero seguro como un sueldo, hemos pasado hasta un mes sin pescar nada”, afirma.

expand image
expand slideshow

Maya Piedra, GPJ México

Un grupo de pescadores con cuerda de fondo se prepara para salir en una lancha desde la costa de San Francisco.

En los últimos años, la Riviera Nayarit se ha posicionado como un destino turístico a nivel mundial. Hoteles de lujo como el Four Seasons y el St. Regis llegaron atraídos por las celebridades que visitan la región, desde Beyoncé y Lady Gaga hasta Matt Damon y Gwyneth Paltrow.

Más restaurantes ofrecen pescado o platillos con mariscos, y turistas y personas restauranteras saben poco acerca de las condiciones de la pesca comercial en México. La demanda en el consumo es responsable silenciosa del daño a las pesquerías, expresa Myrna Bravo, bióloga marina y profesora investigadora de la Universidad de Guadalajara.

El atún y el dorado, que en otras regiones se conoce como mahi-mahi, son muy solicitados por el turismo, explica Bravo, a pesar de que la pesca comercial de este último está prohibida.

Las y los turistas desconocen la situación. Diana Pérez vive en Aguascalientes, una ciudad del centro del país, pero le gusta ir de vacaciones a San Francisco, 500 kilómetros al oeste, donde come pescados y mariscos todos los días. No piensa mucho en el tema.

expand image
expand slideshow

Maya Piedra, GPJ México

Mario Castillo, a la izquierda, y su hermano, Roberto Castillo, sostienen una cuerda de fondo tradicional.

“La información no es muy accesible y nosotros como consumidores tampoco tenemos mucho interés; lo único que nos importa es el sabor”, dice Pérez, de 34 años.

Algunos pescadores comerciales que utilizan redes reconocen el impacto ecológico de la técnica de red de cerco. Juan García, de 43 años, ha pescado durante toda su vida, y tanto su padre como su abuelo eran pescadores con cuerda de fondo. Con una gran red rectangular que se conoce como enmalle, captura hasta 3 toneladas de pescado al día.

Sin embargo, dice que estaría dispuesto a dejar de pescar dos o tres años para que el ecosistema marino se recupere.

Si todos pescaran con cuerda de fondo, los peces regresarían, afirma Castillo, el joven capitán de pesca. Los intereses económicos hacen que eso sea poco probable, pero Castillo asegura que nunca usará redes. “A veces no sacamos ni los gastos, pero eso no implica que tengamos que dañar el mar”, dice.

Maya Piedra es una reportera de Global Press Journal en México.


NOTA SOBRE LA TRADUCCIÓN

Aída Carrazco, GPJ, adaptó este artículo de su versión en inglés.